Música: These boots are made for walking, por Nancy Sinatra

Juego: Tabú, de Brian Hersch

 

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Antonio Machado

 

Sección sobre las obras de adaptación de mi casaMuchos me preguntáis por el estado de las obras de adaptación de mi casa. Según el ingeniero responsable, quedan un par de semanas, pero están paralizadas por problemas con una herramienta y el proveedor de los suelos. A mí, después de ver el estado actual, me parece que queda bastante más, pero evidentemente el experto es el ingeniero.

No hay genialidad sin locura

¿Sí o no?

De todas formas, ahora la prioridad es adaptar el chalet de mis padres en Viana —que es viejo y también requiere trabajo—, ya que es allí donde pasaré el verano, pues mi casa de Valladolid se convierte en un horno crematorio durante esta estación. Además, con mi actual estado de salud, irme a vivir solo sería una auténtica locura. Y para tranquilizaros diré que se trata de una locura de tal magnitud que ni siquiera yo me atrevería con ella. O eso creo…

Pero vamos ya con el tema del día: algunos amigos me han confesado su temor a meter la pata al hablar conmigo con alguna expresión del tipo «esto va sobre ruedas», «¡anda ya!» o como decía un amigo: “vamos paso a paso». Si sucede algo de eso (y me doy cuenta), lo más que puede pasar es que nos echemos unas risas juntos, así que perded el miedo.

Felicidad

Solo hay una; ¿quién la quiere?

Debo confesar que antes sí que era un poco «enfadique», pero si algo me está enseñando la ordalía por la que estoy pasando es a buscar el lado bueno de todo y a disfrutar con ello. Pudiendo reír, ¿por qué llorar? Y perded cuidado, no son meras palabras; ya me ha pasado varias veces y todavía no he matado a nadie. Y lo que es más, yo mismo suelo hacer chistes sobre ello. Y lo que todavía es más, hay amigos que se atreven a hacer chistes sobre ello. A propósito.

Yo prefiero que sea así. Por ejemplo, siempre defendí el poder tratar el tema de la raza con naturalidad sin que por ello te tachen de racista, poder hacer chistes sobre blancos y sobre negros (que no sean ofensivos ni de mal gusto); porque para mí, el racista es el que evita referirse a la raza, porque está reconociendo implícitamente que ahí hay algo chungo (¿por qué lo llamas «de color»? ¿Acaso ser negro es malo?). Del mismo modo, quiero que se trate mi discapacidad con naturalidad.

Y con esto no pretendo criticar a los discapacitados (ni a los negros o blancos) que sí se ofenden por estas cosas. No me meto en sus motivos, su posición me parece muy respetable. Solo quería decir que conmigo prefiero que actuéis con total normalidad.

Igor también sonríe

Hasta Igor sabe ser feliz

A mis compañeros de fatigas, que estáis como yo, os aconsejo que tampoco os ofendáis. Uno lo pasa mejor riendo que enfadándose y lo que todos queremos es ser felices.

Y a aquellos lectores que ni me conozcan ni sean discapacitados, os aconsejo que le echéis valor y tratéis estos temas directamente con la persona afectada. Quizás sea una conversación un tanto incómoda, pero creo que os lo agradecerá, os sentiréis mucho más cómodos en su presencia y evitaréis futuras situaciones difíciles.

Por descontado, también quiero que se hable libremente de mi discapacidad. Sé que hay muchas cosas que desconocéis. Que no os dé miedo preguntar o demostrar ignorancia. Antes de padecerla, yo era un total ignorante al respecto (y todavía lo soy en buena medida), así que cómo voy a enfadarme con alguien porque no sepa algo.

Sois muchos los que me habéis dado consejos y creo que he hecho caso de muchos de ellos. El otro día, durante la barbacoa, un amigo me pedía disculpas muy educadamente por darme un consejo sobre un tema delicado. Recordad que soy nuevo en esto y hay muchas cosas que no sé, no solo sobre la lesión, sino también sobre otros asuntos, como fue el caso de mi amigo. Yo agradezco cualquier sugerencia que me podáis ofrecer y os animo a ello, aunque os parezca ridícula o creáis que «algo tan obvio ya debe de saberlo».

Ahora me enfado y no respiro

No me obliguéis a acabar así; sabéis que soy capaz

Y para cerrar, he notado que hay gente que no me habla de sus problemas o su estado de salud, «porque, comparados con los míos, sus problemas son nimios». Muy mal. Si yo os confío mis problemas y vosotros no me contáis los vuestros, ¿dónde queda el «do ut des»? En serio, igual que vosotros queréis saber qué me pasa, yo quiero enterarme de lo que os pasa a vosotros. Luego me sienta mal cuando descubro que no me habéis contado algo.

Termino con una encuesta que me servirá para saber cómo adaptar el blog.

 

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Música: Yesterday, de The Beatles
Juego: JAB: Realtime Boxing, de Gavan Brown

 

A golpes con la vida

Poesía en estado puro

Tras diez días hospitalizado, salí con tratamiento de antibióticos para media docena más. Al acabar estos, disfruté de un fin de semana estupendo, pero el lunes estaba de vuelta en el hospital con una sepsis. La vida te da, y la vida te quita. A llegar a casa de mi madre comenté que era duro prepararse durante siete meses para algo y luego encontrarse con otra cosa diferente. Pero para esto no estaba preparado. La vida te tumba y cuando consigues levantarte, vuelve a derribarte de un revés. No puedo evitar preguntarme si toda mi vida va a ser así; tengo una lesión medular alta y soy muy propenso que me pasen este tipo de cosas. ¿Tendré que vivir en una burbuja de cristal?

Sección sobre mi estado de saludCómo decía, esta vez el diagnóstico es una sepsis, o infección grave. Como había tomado antibióticos el mismo día del ingreso, los cultivos han salido negativos y no saben de qué bacteria o virus se trata. He reaccionado bien al antibiótico que me han puesto: apenas presento síntomas y la fiebre ha desaparecido. Como además el hospital está lleno y, al fin y al cabo, puedo seguir un tratamiento de antibióticos en casa, es probable que el lunes me den el alta. Eso sí, el tratamiento en casa va a durar un mesecito, y durante todo este tiempo me acompañará una sonda permanente. Solo me toca esperar un par de días más en el hospital y la verdad es que me encuentro bien, muy débil por culpa de los antibióticos, pero bien; apenas presento lo que denominan «crisis de ansiedad» poco frecuentes.

De nuevo en el hospital

De nuevo con el uniforme oficial del Atleti (por cierto, es rojo, no rosa)

Odio ver la vida desde el banquillo, especialmente este fin de semana. Además, es la tercera vez que llamo ASPAYM para anular la cita con el gimnasio. Es la segunda vez que me llaman del autoescuela para completar unos trámites y probar su vehículo adaptado y tengo que responder desde el hospital. Parece una bobada, pero también me fastidia tener que suspender la renovación de mi vestuario.

Ya que hoy es día de rajar y en el hospital no pasan muchas cosas interesantes, os voy a hablar de las ayudas para los discapacitados. Son lo contrario que las meigas: existir, existen, pero haberlas… He intentado optar a las que he visto, pero a la hora de evaluar los requisitos, siempre había uno que me dejaba fuera. Tengo una lesión medular muy grave, el porcentaje máximo de discapacidad y gran invalidez para trabajar, pero no soy apto para recibir ninguna subvención. Me recordó a la época en la que inicié mi actividad laboral como autónomo: estuve buscando subvenciones, pero al final no me beneficié de ninguna. Y he llegado a la misma conclusión que llegué entonces: la subvenciones están diseñadas para que nadie se beneficie de ellas. Solo que ahora me ha sentado mucho peor que entonces; yo tengo ahorros para costearme el material que necesito, pero otra persona que haya vivido un poco más justo que yo lo pasaría muy mal.

Por acabar con un pensamiento positivo, yo que siempre he tenido un concepto bastante negativo de la humanidad en su conjunto, me estoy viendo obligado a cambiarlo. Para empezar, la lesión me ha permitido conocer a una persona excepcional. Además, como ya dije en una entrada anterior, no deja de sorprenderme lo atenta que es la gente con los discapacitados; y lo que es mejor, no solo te ayudan, lo hacen con una sonrisa y así no te sientes tan mal por necesitar su auxilio.

Música: A Whole New World, por Lea Salonga y Bard Kane
Juego: Terra Mystica, de Jens Drögemüller y Helge Ostertag

 

Hola a todos. No pensaba escribir tan pronto, pero ha ocurrido algo inesperado y voy a aprovechar para comentar todo lo que tengo pendiente.

Aparcamiento para minusválidos

¡Chúpate esa!

He realizado varios recorridos por la ciudad y debo decir que Valladolid es una ciudad bastante accesible para los discapacitados; me refiero a las infraestructuras, no a los edificios. Las aceras son anchas, los pasos por los bordillos tienen doble rebaje y la ciudad es eminentemente llana. Las zonas periféricas están un poco peor.

Sección sobre mis experiencias en los autobusesTambién he subido un par de veces a los autobuses. Casi toda la flota es accesible, pero aunque el sistema es sensiblemente mejor que el de los autobuses de Toledo, dista mucho de ser perfecto. Entramos por una rampa desplegable de la entrada trasera, así que el conductor debe vernos para desplegarla. Además, para pasar la tarjeta o pagar el ticket hay que llegar hasta la entrada delantera y eso es imposible a nada que haya un pasajero de pie. Luego está el tema del espacio para maniobrar, que no tiene una solución sencilla, y la estabilidad en las curvas, que han solucionado colocando un par de cinturones. No son grandes problemas a nivel de efectividad, pero sí te hacen sentir un poco como un bicho raro.

También os comenté que estaba haciendo muchas cosas para mantenerme activo: muchas quedadas para tomar chismes, un par de películas en el cine, varias sesiones de juegos de mesa, un cumpleaños en un sitio muy accesible, el blog, la autoescuela y toda una serie de trámites interminables tanto para mí, como para la señora que ha venido a ocuparse de mi madre. Esto me sirve tanto para mantenerme activo como para sentirme útil. Apenas tengo tiempo para ver series o películas y creo que eso es una buena señal.

Acción mutante

“La sociedad nos trató como mierda y ahora les vamos a dar por el culo.” Acción mutante

En cuanto al cine, las plazas para minusválidos están en las zonas de acceso de los espectadores: detrás de la última fila, por lo que molestas a los espectadores que entran y es complicado ponerte al lado de tus amigos, o delante de la primera fila, que además de todo lo anterior, te dejas el cuello y fastidias a los dos o tres que tienes detrás, que están más bajos que tu silla de ruedas.

Lo que más me ha gustado desde el último mensaje ha sido la visita a ASPAYM. Antes de ir, ya sabía que me iba a hacer socio, a pesar de que me pilla a cinco kilómetros de casa, pero además me ha encantado. Tienen unas instalaciones espectaculares y la gente es encantadora. Ahora es un motivo más para sacarme el carnet de conducir.

Sección sobre mi estado de saludPor último, llevaba dos semanas con dolores cada vez más intensos, que además me provocaban rigidez muscular y espasmos. El jueves la cosa se puso un poco fea, así que mi hermano me llevó a Urgencias. Después de hacerme unas pruebas, decidieron ingresarme en el hospital. Hoy me encuentro un poco mejor y no parece tratarse de algo grave, así que soy optimista. Además me han metido en una habitación individual con el baño adaptado, así que estoy muy cómodo. Esta tarde me han dejado levantarme por primera vez y no me ha sentado mal. Me acuerdo de la última vez que estuve aquí y soy capaz de apreciar lo mucho que he mejorado, incluso estando mal, como estoy ahora.

No me quiero despedir sin daros las gracias. Tengo la suerte de tener una familia y unos amigos increíbles.

Baño adaptado... a medias

Baño adaptado… a medias

PD: Después de probar el baño, debo decir que la adaptación es una castaña. Solo vale para discapacitados bastante capacitados, que en realidad no necesitarían adaptación. Además, se nota que el personal no está acostumbrado a tratar con lesionados medulares, por muchos detalles. Pero lo importante es que me encuentro mejor, y a lo demás nos vamos acostumbrando poco a poco.

Música: My Way, por Frank Sinatra
Juego: Robinson Crusoe: Aventuras en la isla maldita, de Ignacy Trzewiczek

 

¡Hola a todos!

Os prometí una conclusión de mi estancia en el Hospital Nacional de Parapléjicos. La semana pasada he estado muy liado, así que no ha podido llegar hasta ahora.

Really?

¿Qué sería de un blog sin gatetes‽

Para ello, lo primero es ver cómo llegué. En Valladolid estuve dos meses hecho una piltrafa, consumido por la fiebre, delirando por las noches y a veces también por el día. Requería vigilancia durante las veinticuatro horas, no lograba hablar más de cinco minutos con cada persona y me costaba horrores concentrarme para seguir una conversación.

Físicamente, había perdido el control de los músculos a partir del cuello, y lo poco que me quedaba estaba muy débil. Tenía que hacer ejercicios respiratorios porque no podía ni toser, me costaba levantar las barritas de sodio de 100 gramos que me recomendó mi primo y mis dedos no tenían fuerza ni para aplastar un poquín la más blanda de las pelotas de goma. Por supuesto, no podía comer solo; casi siempre me daba de comer mi tía y de cenar algún amigo. No tenía fuerzas ni precisión para coger el móvil y cuando alguien me lo ponía al lado, me pasaba cinco minutos intentando pulsar el botón de encendido antes de renunciar presa de la más absoluta desesperación. Sabéis que odio pedir ayuda, pero en esos momentos en los que era un inútil total, en esos lapsos de consciencia que tenía en la UCI, el personal tuvo muchísima paciencia y cariño conmigo. Es algo que nunca olvidaré.

Rambo

¡¡Dios mío, no siento las piernas!!

Partiendo de esa base, es fácil mejorar. Recuerdo que al llegar a Toledo, miraba con envidia a mi compañero de enfrente, un parapléjico de origen sudamericano que se agarraba del triángulo que colgaba encima de la cama para incorporarse y sentarse, porque yo no lograba levantarme ni un milímetro. Los comienzos en Toledo también fueron duros. La gente ya llegaba en silla de ruedas y con menos tiempo de hospital. Yo me mareaba en cuanto me incorporaban lo más mínimo.

Pero en cuanto mejoré un poco, seguí los consejos que me habían dado y me entregué en cuerpo y alma a trabajar. Las mejoras tardaron en llegar, pero cuando empezaron a hacerlo, me entraron más ánimos para seguir trabajando y mejorando. Yo quería ser independiente, no tener que depender de que los celadores me limpiaran, bañaran, vistieran y acostaran. Yo quería lo que tenían otros pacientes. Y lo conseguí rápidamente.

No todo fueron éxitos. Dediqué dos horas todos los días durante cuatro meses a reaprender mecanografía para poder volver a trabajar, pero tuve que acabar claudicando ante la evidencia de mi lesión. Tampoco fue tiempo perdido, porque me sirvió de terapia para los dedos. Mi gran otro «fracaso»: el médico predijo que mi lesión cervical mejoraría a una dorsal y no se produjo. Entonces no me paré a pensarlo demasiado, ya que se trataba de algo que no dependía de mí. Ahora sí me doy cuenta de que aún sin andar, mi vida sería muchísimo más fácil si hubiera recuperado toda la funcionalidad de las manos, tuviera algo de musculatura en el tronco que me sostuviera y mis sistemas digestivo y circulatorio no estuvieran tan perjudicados. Pero es lo que hay y nada gano lamentándome.

En cambio, prefiero pensar en todo lo que he conseguido. Al quinto mes ya estaba a tope. Todos los músculos que controlaba estaban fuertes y con las manos lograba manejarme, dentro de mis limitaciones. Y a partir de ahí, ya había poco que mejorar, pero conseguí incluso mis dos objetivos más ambiciosos, subirme yo solo al bipedestador y del suelo a la silla. Por supuesto, tengo que mucho que agradecer a las que acabaron siendo mi terapeuta y mi fisio; tuve mucha suerte de que me tocara con ellas. Tuvieron mucha paciencia con mi cabezonería, sobre todo el último mes, cuando me salí del guión para intentar aprender cosas que creía necesarias para mí. Y quiero extender mi agradecimiento al personal de la planta: no solo hicieron su trabajo de forma excelente, sino que lo hicieron con cariño; y eso se agradece mucho en nuestra situación de especial vulnerabilidad.

Mis fisios me dijeron que había superado con mucho las expectativas que tenían conmigo y el personal de planta estaba encantado: me aseguraban que no habían tenido un paciente como yo en muchos años, con una mejoría tan espectacular, con tanta valentía y tantas ganas de recuperarse.

Mala

Mala budista

El día de mi partida fue muy emotivo, alguno vino a despedirse en su día libre y un celador budista con el que me llevaba especialmente bien, me regaló su mala (un collar de cuentas que multiplica el efecto de los mantras), que le habían dado en el Tíbet.

Así pues, la única queja que tengo es que las tres últimas semanas las pasé con muchos dolores neuropáticos y una debilidad extrema. Yo creo que el médico no debería haberme dado el alta en esas circunstancias, pero el tiempo dirá si acertó.

En definitiva, que estoy muy satisfecho con mi estancia en Toledo.

Moustache

Esa es otra historia

Aunque sé bien que una cosa es manejarse y vivir en un hospital con todo adaptado, donde te hacen la comida y tienes pasillos y espacios enormes, y otra muy diferente en un escenario de la vida real, con las estrecheces de un piso de ciudad y todas las barreras que muchos no veis (como yo no veía antes), pero están ahí. Sin embargo, como diría Moustache, de Irma la dulce, «esa es otra historia».

No quiero despedirme sin agradeceros de nuevo el apoyo que me habéis prestado, incluso a distancia. Puede sonar falso, pero el otro día coincidía con otro paciente al comentar que en los momentos de mayor debilidad, que los hubo, cuando pensaba en tirar la toalla, recordaba a toda la gente que tengo detrás, en todo lo que me habéis ayudado, y así era imposible rendirse o bajar los brazos.

Espero que todos hayáis pasado un buen día de Navidad y os deseo felices fiestas a todos.

Música: Hit the Road Jack, de Ray Charles
Juego: Going, Going, GONE!, de Scott Nicholson

 

¡Hola, hola! Llevo unos días infernales, rematando flecos y sin tiempo para nada, antes de mi partida. Ayer ya empezaron las despedidas. Resulta muy grato comprobar cuánta gente te ha cogido cariño. Los miembros del personal me han dicho que les he recordado a los antiguos pacientes, cuando empezaron a trabajar aquí, cuando la rehabilitación se tomaba más en serio. Pero bueno, ya llegará el momento de las recapitulaciones.

Zapatillas

Me he comprado unas zapatillas de cordones (con dos…)

Esta semana no he tenido mucha suerte. Se ha estropeado el bipedestador y aunque conseguí que tramitaran la reparación de urgencia, sólo duró un día antes de petar de nuevo.

Lo de subir a la silla, lo cancelé en el gimnasio, porque ya dominaba la técnica y me dejaba reventado.

Estos últimos días tengo muchos temas que cerrar y demasiadas cosas que hacer, y necesito toda la energía y el tiempo de que pueda disponer.

 

Música: Wheels of Fire, de Manowar
Juego: Automania, de Kenneth Minde y Kristian Amundsen Østby

 

Sección sobre mi incapacidad de obtener el carnet de conducirComo prometí, voy a hablar del segundo proyecto secreto; sabéis que estuve varios meses dedicando un par de horas al día a reaprender mecanografía. Cuando me di cuenta de que nunca iba a teclear suficientemente rápido para trabajar, decidí dedicar a esas horas a algo más productivo: aprender a conducir. Sí, no es broma, yo que nunca me he interesado por los coches, me lanzo a ello precisamente ahora, que es cuando más me va costar. Pero me lo voy a sacar por mucho que me cueste.

Ferrari

¿Mi futuro coche?

Me matriculé en una autoescuela y me puse a hacer tests (ahora son online), porque después de mi experiencia en la carrera, estudiar un libraco de 260+ páginas de normativas es algo que no puede tener un final feliz.

Esto ya fue hace bastante tiempo, pero entre la huelga de examinadores, que obliga a solicitar exámenes a uno o dos meses vista, y un error de la dueña de la autoescuela, que no me inscribió a tiempo, hice el examen teórico la semana pasada, un mes y pico más tarde de estar preparado. Mi idea era sacarme el práctico aquí, que es mucho más barato y fácil, pero cuando vi cómo estaba funcionando la huelga, me di cuenta de que iba a ser imposible: los tiempos de espera y la incertidumbre son tremendos.

Señales

WTF?

Habréis pensado que he aprobado el examen teórico, pero no es así; tuve cuatro fallos y solo se permitían tres. Sin embargo, ya he empezado a dar clases prácticas. Creía que mi falta de estabilidad en el tronco podía jugarme malas pasadas, pero atándome al asiento la cosa funciona bastante bien. El primer día ya puse el coche a 100 y me pasé media hora navegando entre el tráfico de Toledo. La instructora dice que se me da bien, pero no estoy notando mucha progresión. De todas formas, viendo cómo conducían algunos de mis amigos al principio, no pierdo la esperanza. De momento no he atropellado a nadie, así que muy mal no lo estoy haciendo.

¿Quién ha quedado tercero en la carrera de karts?

Ya he hablado con una autoescuela de Valladolid. El tío, además de ser bastante borde, no estuvo dispuesto a darme ninguna facilidad por ser discapacitado (todo lo contrario, pretende tangarme con la tasa de transferencia de expediente). Así que si conocéis alguna autoescuela de Valladolid que tenga coches adaptados aparte de San Pablo, os agradecería que me lo dijerais.

A cambio, prometo avisaros de las horas de mis prácticas para que no salgáis a la calle. ¡Trato hecho!

Música: You’ve Got a Friend in Me, de Randy Newman
Juego: Terraforming Mars, de Jacob Fryxelius

 

¡Hola a todos! Hoy me he decidido a lanzar un boletín informativo extraordinario porque ha sido un día especial. Prometo ser breve.

Hoy se ha ido mi compañero de habitación. Ya os dije que hemos estado casi todo el tiempo juntos, así que supongo que hemos trabado una relación similar a la de los compañeros de celda, solo que en vez de ser un delincuente, es una gran persona. Verle subir a la ambulancia por su propio pie fue un momento especial. Es difícil transmitiros los sentimientos, pero en estas circunstancias tan difíciles se crean vínculos especiales. Decía la psicóloga que son sentimientos magnificados por la necesidad de cariño que se tiene aquí, pero gracias a vosotros, yo nunca me he sentido falto de cariño. A la hora de escribir esto, solo en la habitación, es cuando más siento el vacío que ha dejado.

Sección sobre rehabilitación y fisioterapia¡Por fin he conseguido que la fisio me enseñe lo que necesito! Esta mañana volví a subir al bipedestador y esta vez lo hice sin ningún tipo de ayuda. Sin embargo, no me veo muy sobrado y lo encuentro algo peligroso, así que de momento no estoy muy convencido. Eso sí, es esto o nada.

Además, también se ha puesto a enseñarme a subir a la silla por primera vez… ¡¡¡Y lo he conseguido!!! Este es seguramente mi hito más importante aquí, ya que es algo que no había logrado ningún tetrapléjico y que incluso pocos parapléjicos son capaces de hacer. He subido un par de veces y he acabado reventado. Mañana volveré a intentarlo para ir puliendo detalles.

Y sobre el proyecto secreto… ¡hablamos el jueves!

¡Un abrazo para todos!

Música: Bye Bye Beautiful, de Nightwish
Juego: Deus, de Sébastien Dujardin

 

¡Hola a todos! Hoy ya hay novedades importantes.

Alta médica

Va siendo hora de que te largues de aquí

En primer lugar, ya me encuentro mejor. Por fin se fue el catarro y con él la debilidad. Ha vuelto el Miguel de siempre y con él los accidentes, las caídas, los golpes y las heridillas. Además, están haciendo limpieza en el hospital y me han anunciado el alta. En principio estaré de vuelta en Valladolid el 30 de noviembre. Si recordáis, esta fecha la puse yo mismo hace tiempo, lo cuál me hace preguntarme dónde quedan los criterios médicos. Voy a intentar negociar unos días más, porque no tengo la casa lista y hay otras cosillas pendientes. La supervisora de planta y las enfermeras me apoyan, dicen que soy un paciente ejemplar, que hacía años que no veían a alguien con tantas ganas de rehabilitarse y que van a hablar con el médico para que me deje más tiempo. Desgraciadamente, hay pocos criterios médicos para defender una prórroga; de hecho, yo mismo me habría echado ya.

Sección dedicada a acontecimientos extraordinariosTambién me han elegido para probar un sistema experimental. Es un poco escatológico, así que no entraré en detalles. Al parecer, buscan a pacientes que estén bien y las enfermeras de mi planta me han elegido a mí. Cuando llegaron los representantes del producto y vieron que mi lesión era muy alta (muy chunga), quisieron rechazarme (ya sabéis, a esta gente le interesa es poder decir que tiene un éxito del 100% y no quiere arriesgarse con alguien con quien puede salir mal). El caso es que al final les convencieron. Lo bueno es que tengo el material gratis. Lo malo es que el material caduca pronto, que el SACYL no lo subvenciona y que el sistema no parece muy bueno (por de pronto, ya me ha explotado una sonda en el culo).

Mariano Rajoy

Otro sujeto de experimentación médica

Y por último, esto quizás no debería contároslo, pero bueno, como me habéis tenido la paciencia de seguirme hasta aquí… Me eché novia. Es el primero de los «proyectos secretos», que tenía mala pinta. Lo cierto es que no soy demasiado optimista: le acaban de dar el alta, vive lejos y tengo malas experiencias con las relaciones a distancia. En fin, yo lo pondré todo de mi parte y ya veremos qué pasa.

Ha sido una semana movidita (ya dejo mis [escasos] progresos para el próximo mensaje), pero afortunadamente, las visitas de ayer y hoy me han alegrado lo que prometía ser un fin de semana bastante triste. Mañana empiezo de nuevo con la vorágine de ejercicios y consultas.

¡Buenas noches a todos y, como siempre, muchas gracias por transmitirme vuestra fuerza!

Música: The Rime of the Ancient Mariner, de Iron Maiden
Juego: Eldritch Horror, de Corey Konieczka y Nikki Valens

 

Sección sobre mi estado de saludNo estoy pasando por una buena racha. Uno de los últimos días del tratamiento de la infección, atiborrado de antibióticos que devoraban mis defensas, pillé el virus del catarro/gripe que andaba desbocado por el hospital. Aparte, un par de proyectos secretos que tenía por ahí tienen toda la pinta de acabar mal. Pero hay que quedarse con lo bueno: a pesar de mis males, consigo que me dejen salir de la cama a hacer cosas. Me fatigo enseguida y no puedo con todo, pero al menos no pierdo el tiempo.

Antibióticos

Los antibióticos me dejan peor que la infección

Sección dedicada a acontecimientos extraordinariosEl fin de semana estuvo genial, a pesar de la gripe. Además de ver a mis dos amigos «ingleses», que no siempre es fácil (mentira, al final por A o por B, nos vemos regularmente todos los años), lo pasé estupendamente con todos y me hizo mucha ilusión. Con un poco de adaptación en la casa, casi fui capaz de ser completamente autónomo, aunque mis amigos me lo pusieron facilito. También lo recordaré como el fin de semana que dejé de pasarme a los coches sin tabla y en el que me inicié en la práctica del alpinismo, para subir a un todoterreno y salir del inodoro.

En un bipedestador

De pie en un bipedestador

Lo más «espectacular» de las novedades es que se me está produciendo osteoporosis en las piernas, por falta de uso. Y para frenarla han decidido ponerme de pie.

Por lo demás, han mandado para casa a otra amiga del grupo de la planta (y ya van tres de nuestro «corrillo»). Es una pena porque era una persona muy divertida, siempre se estaba riendo y su alegría era contagiosa. Mucho me temo que los demás no vamos a tardar en seguirla. Yo en concreto llevo tiempo sin hacer progresos significativos y noto que la terapia y la fisio se han vuelto rutinarias; creo que ya he alcanzado el tope que me permite el cuerpo y en cualquier momento me darán el alta.

Música: Paradise City, de Guns N’ Roses
Juego: First Train to Nuremberg, de Martin Wallace

 

Sección dedicada a acontecimientos extraordinarios¡¡Hola, hola!! Esta es la primera vez que os escribo desde fuera del hospital. De hecho, estoy en el AVE Madrid-Valladolid, en el que me ha dejado un hermano y del que me recogerá el otro.

No, no me han dado el alta todavía, solo estaré en Valladolid hasta el sábado o el domingo. La idea de todo esto es suavizar el brutal choque con la realidad que, según me han dicho, todos se pegan cuando les dan el alta médica. Por eso, en el hospital me aconsejaron que no hiciera planes y yo, que soy muy obediente, les hice caso… Aparte de ir a ver a mi padre, asistir al bautizo del hijo de mi prima Teresa y probar a vivir en mi casa para saber las adaptaciones que tendrá que hacer Carlos, ver si tengo que comprarme una cama especial y otras cosillas. El resto del tiempo, que ya no es mucho, tendré que ir improvisando sobre la marcha. Pero seguramente no haga muchas cosas fuera de casa, ni muy lejos, porque todavía soy un discapacitado novato (ni siquiera tengo el carné).

Servicio Atendo del AVE

Los AVE no están muy adaptados para minusválidos, pero el servicio Atendo permite viajar en ellos fácilmente

También os voy a contar una cosilla curiosa que me pasó el otro día. Hace un par de semanas, me apunté a un «grupo de terapia sexual». En mi caso, con parálisis de teticas para abajo, no parecía una decisión muy inteligente, pero me lo recomendó la terapeuta y, como ya sabéis, soy muy obediente y le hice caso, a pesar de que mis experiencias con el departamento de psicología del hospital habían sido poco gratas. En la primera sesión descubrí que no, no era una orgía; de hecho, fue una pérdida de tiempo total para mí. Sin embargo, la psicóloga me convenció para darle una segunda oportunidad. La nueva sesión fue igual de aburrida, e incluso deprimente por momentos, salvo por los ocasionales chistes de un buen amigo.

Sin embargo, nos puso un vídeo de un tetrapléjico, antiguo paciente del hospital, y una de sus escenas me impactó. En ella, explicaba lo mucho que le fastidiaba tener que hacer trabajar a sus seres queridos; según él, era una «puta mierda», pero él tenía una serie de necesidades de las que alguien debía encargarse.

Ayuda al minusválido

La ayuda al dicapacitado, el undécimo mandamiento

Me impactó porque yo sentía exactamente lo mismo. Los que me conocéis bien, sabéis que no me gusta nada pedir ayuda, aunque hasta ahora no me ha quedado más remedio que aceptarla. Y es así hasta tal punto que «ser independiente» ha sido mi principal objetivo y motivación durante todos estos meses en Toledo. Recibí un gran golpe moral el día que se lo conté a mi fisioterapeuta y me dijo que siendo tetrapléjico, eso era imposible. «Ser independiente» entraña muchas más cosas de cosas de las que al principio imaginaba, como sondarte a ti mismo, ponerte supositorios y otras cosas que, con mis torpes dedos, son realmente complicadas; o cosas como subirte a la silla desde el suelo (cuando me caigo) para las que además hace falta una fuerza sobrehumana. Sin embargo, no me rendí, y ya me falta poco parar ser independiente. Evidentemente, ese poco es lo más difícil, así que no creo que me dé tiempo a demostrar su error a mi fisio, pero aunque sea, terminaré de conseguirlo en Valladolid.

En cualquier caso, con o sin gran choque con la realidad, sé que mi vida ha sufrido un gran cambio. Un cambio que, como decía el «tetra» del vídeo, por mucho que me esfuerce en minimizar, también va a afectaros a vosotros, los que formáis parte de mi vida.