Música: Under the Bridge, de Red Hot Chili Peppers
Juego: Blood Rage, de Eric M. Lang

 

Sección sobre mi estado de saludVuelvo a estar enfermo. Acabo de superar una gripe y me ingresan otra vez en el hospital; y ya van tres en dos meses y medio. Se debe a unos dolores neuropáticos muy intensos que sufro a todas horas. Llevo una docena de días en el hospital y siguen haciéndome pruebas, porque no mejoro y no saben qué me pasa. Por lo demás, estoy bien.

Tercera visita al hospital

El uniforme azul gastado de mi nueva condición de veterano del hospital; ¡atención al caballito gratuito con la silla! :-8

Todavía estoy conociendo el cuerpo que me ha quedado después de la lesión medular. De momento, tengo dos grandes problemas: las infecciones de orina y los  dolores neuropáticos. Respecto a las infecciones, solo puedo adaptar la alimentación y tener más cuidado con los sondajes; por ahora parece que funciona. Con los problemas neuropáticos derivados de problemas digestivos, he adaptado mi dieta y estoy tomando medicación. Ya he preguntado a media docena de médicos y todavía no me han dado una solución; tengo la sospecha de que se escaquean. De todas formas, esta vez no parece tratarse de una acumulación intestinal; podría deberse a un dolor de espalda provocado por la mala calidad de la cama en la que duermo, o a otra causa. Con los dolores neuropáticos, es difícil saber algo a ciencia cierta.

Sativex

Droga líquida inhalable

El caso es que el rehabilitador, el único médico que parece entender algo de lo que me pasa, me ha recetado Sativex: lo que yo llamo coloquialmente «la droga». Se trata de un derivado de la marihuana que reduce el dolor neuropático y los espasmos. Me habló muy bien de este medicamento, me dijo que había funcionado con todos sus pacientes, que le han quitado la parte de la droga y no genera adicción ni se habitúa uno a sus efectos. Pero lo cierto es que hay que pedir permiso de estupefacientes, no lo venden ni siquiera en farmacias… y yo me estoy llevando unos mareíllos bien ricos. También es verdad que estoy casi con la dosis máxima y debería bajarla hasta que desaparezcan los mareos, pero es que los colocones son tan majos…

Debo admitir que estoy un pelín desanimado. De los últimos 12 meses, me he pasado 10 y medio en hospitales y mi futuro cada vez pinta peor. Lo que más me desespera es comprobar que la inmensa mayoría de los médicos no tienen ni idea de lesiones medulares y descubro que yo sé más que ellos. Así cuesta creer que puedan encontrar una solución a mis problemas. Ya han pasado casi tres meses desde que llegué de Toledo y además de no experimentar ningún progreso con mis problemas médicos, todavía no estoy viviendo en mi casa… Apenas he podido probar ese «resto de mi vida» para el que tanto me he preparado.

 

Sección sobre mi incapacidad de obtener el carnet de conducir

Al desánimo contribuye el permiso de conducir. He vuelto a ponerme con el examen teórico y los resultados son nefastos. Casi estoy como al principio. Me he desanimado tanto que lo he dejado. En general, me cuesta ponerme a hacer cosas; no es que pueda hacer mucho en el hospital, pero las cosas me salen mal sin importar el mucho esfuerzo que haya invertido y empiezo a notar el peso moral acumulado de todos los traspiés.

Botas horteras

Botas, cara A

Sigo con la renovación de vestuario y como las vi baratas y soy así de bruto, decidí comprarme otras botas. Pero no miré lo suficiente. Es decir, solo las miré por un lado y cuando llegaron, vi el otro lado y me encontré con el pastel. Además, el lado menos discreto es el más visible, el que va por el exterior del pie. Huelga decir que no encajan dentro de las pocas normas que rigen mi deficiente sentido de la elegancia. Afortunadamente, la quirúrgica intervención de los ágiles dedos de mi hermano pudo extirpar los elementos ofensivos y, aunque no han quedado perfectas, al menos podré llevar estas botas puestas sin que mis acompañantes tengan que arrancarse los ojos. También estoy experimentado con cinturones. Ya os contaré.

Botas horteras

Botas, cara B

A pesar del desánimo, no me queda más remedio que seguir adelante. Por primera vez voy a preocuparme en serio de mi salud. He estado pensando en todo lo que hago mal y he redactado una lista de las cosas importantes que debo mejorar:

  1. Tiempo sobre la silla: no más burradas, como aquella jornada de 17 horas seguidas. Necesito descansos intermedios.
  2. Sondajes inteligentes: ya sé cuándo funcionan más mis riñones y cuándo debo sondarme. Apenas llevo un par de días desde que me quitaron la sonda permanente y ya llevo un sondaje de 1000 ml y otro de 1300 ml. En Toledo me reñían cuando pasaba de 400 y a los 700-800 tenía a toda la planta alarmada explicándome los peligros de una crisis vegetativa. Debo ser más responsable, aunque eso suponga el esfuerzo de sondarme a mitad de la noche.
  3. Medir los esfuerzos: debo ser consciente de que con mi menor capacidad pulmonar, me agoto rápidamente si encadeno esfuerzos intensos. Empiezo a hiperventilar y entro en una crisis de ansiedad.
  4. Pulsiones: he perdido la poca costumbre que tenía de pulsarme sobre la silla; esto es, cambiar de posición para reactivar el riego en las zonas sometidas a presión (como las nalgas) y así evitar que aparezcan escaras.
  5. Cambios posturales en la cama: estoy muy lejos del cambio postural cada 3’5 horas que hacían en Toledo. No pretendo alcanzar esa frecuencia, pero hay jornadas en las que ni siquiera cambio de postura para aliviar las presiones. Al igual que las pulsiones, es vital para evitar la aparición de escaras.

    Diez mandamientos

    ¡¡Gusano miserable!! ¡Como no los cumplas, te reviento la cabeza con estas tablas!

  6. Vigilar mi cuerpo: debo estar más pendiente de mi cuerpo. Eso supone mirar mis piernas de vez en cuando por si me he dado un golpe, vigilar que mis pies no estén demasiado hinchados y, sobretodo, comprobar que no me salgan rojeces (principios de escaras) en el trasero. En mi casa podré hacerlo con espejos; en casa de mi madre no me quedará más remedio que pedir ayuda.
  7. Ejercicios respiratorios: me recomendaron hacerlos para mejorar mi reducida capacidad pulmonar, y no los hago nunca. Debo encontrar un momento para hacerlos a diario.
  8. Movilizar las piernas: otra cosa que debería hacer todos los días y no hago nunca. ¿Para qué aprendí a hacerlo en Toledo?
  9. Ojo con los mareos: (no me refiero a los mareíllos ricos del Sativex, malpensados) cuando me maree, debo pararme hasta que se me pase. Lo que nunca debo hacer es lo que hago siempre: seguir con la actividad que me provocó el mareo.
  10. Higiene con los sondajes: siempre he sido un poco chapucero con los sondajes y he priorizado la rapidez. No es que obvie las medidas de higiene, pero a veces no pongo el suficiente cuidado y ya he tenido varias infecciones de orina, una de ellas muy grave.

Debo acostumbrarme a hacer todas esas cosas. Vamos a ver qué tal lo hago. Para presionarme, a lo mejor pongo los resultados aquí, una vez al mes.

Por cierto. El próximo sábado 17 de marzo se cumple un año justo de mi lesión medular. Espero estar fuera del hospital y en condiciones de celebrarlo. Y también espero recibir muchas felicitaciones por WhatsApp.

Música: Running Free, de Iron Maiden
Juego: Dream Home, de Klemens Kalicki

 

 

Ya llevo tres semanas en Valladolid. He dejado pasar todo este tiempo no porque no hubiera cosas que contar, que las hay y muchas, sino porque quería ofreceros una visión más madura. Por eso, me vais a permitir que esta vez me enrolle más de la cuenta.

Sección sobre mi estado de saludCuando llegué tenía muchos dolores y aunque no han desaparecido, he mejorado bastante, al menos hasta hace un par de días. Lo que tampoco ha desaparecido es la asfixia que me invade en cuanto hago algo de ejercicio físico. No sé si será algo temporal o va a ser mi compañera de por vida. Ya me he comprado pesas, pero no puedo usarlas en esta cama tan blanda y pequeña. Todavía no he empezado con la fisioterapia, pero lo haré pronto, porque creo que me vendrá bien.

Sección sobre las obras de adaptación de mi casaMi hermano está adaptando mi casa, las obras pendientes son considerables y parece que se van a prolongar. De momento, estoy viviendo en casa de mi madre. No es fácil: la silla no cabe en los baños, ni debajo de las mesas (debo comer a un metro de la mesa, inclinándome y sujetándome con una mano mientras uso la otra con el cubierto), no puedo acceder a la mitad de la casa y la otra mitad es tan estrecha que me dejo las manos en forma de rozaduras, casi toda la comida (en el frigorífico o estantes) está fuera de mi alcance, tengo un tercio de armario y solo puedo acceder a él de perfil, no tengo ropa de invierno (se quedó en mi casa), debo abrir la puerta del ascensor con una mano mientras entro marcha atrás, y arreglármelas para mantener la puerta abierta mientras saco los pies de los reposapiés y los desmonto… y toda una larga serie de incomodidades. Procuro pedir el mínimo de ayuda posible, tanto por los demás como por mí, pero sin mis hermanos no habría sobrevivido.

Mi casa

Mi casa a día de hoy

Pero quizás lo más duro de todo sea que después de haberme dejado la piel durante tantos meses para recuperarme y ser autónomo, regreso y me encuentro con todo esto. Sé que ya me habían avisado de que el choque con la realidad sería duro y que todo mejorará cuando tenga mi casa adaptada.

Sección sobre mi incapacidad de obtener el carnet de conducir

A pesar de los pesares, procuro mantenerme todo lo activo que puedo. Lo que me queda de las mañanas tras las abluciones diarias lo invierto en los diversos papeleos, burocracias, médicos y las muchas cosas que tengo pendientes. Las tardes procuro dedicarlas a quedar con la gente y al ocio, y el tiempo que me sobra, al blog, y más adelante, a la autoescuela (y luego al trabajo, quizás).

Señales imposibles

¡Suspenso!

Porque, hablando de autoescuela, me he matriculado en La Antigua, la que me dijisteis. Allí son mucho más majos y es un pelín más barato. El coche que tienen dispone de adaptaciones diferentes a las de Toledo, con lo cuál no solo tendré que aprender un trazado urbano diferente, sino que tendré que hacerme a un nuevo sistema de conducción; sin embargo, yo lo prefiero así: será más difícil, pero el día que me compre un coche sabré mejor qué tipo de adaptaciones me convienen. Después de dos meses y medio sin hacer tests, he descubierto que se me han olvidado muchas cosas, así que debo ponerme pronto con ello para demostraros vuestro error a los que todavía no creéis que voy a sacarme el carnet (no puedo culparos después de veinte años dándoos motivos para dudar).

Kuschall K-Series Carbon

Mi futuro medio de transporte

Pero lo que más ilusión me hace es la nueva silla de ruedas, aunque también me da un poco de miedo. Ya la tenía elegida y pensaba encargarla en una ortopedia de Toledo, pero estando aquí, me da pereza volver para encargarla y luego para recibirla (y si luego tengo algún problema, será un rollo resolverlo allí). Llamé a todas las ortopedias de Valladolid y me he quedado con la que me ofrecía más confianza; está en la otra esquina de la ciudad, pero la otra esquina de Valladolid sigue estando más cerca que Toledo. Un amigo me acercó esta semana y tras la valoración previa, ya tengo un presupuesto, que estoy revisando; espero poder encargarla esta misma semana. Se trata de una silla especial, que hacen a medida, para gente muy activa, por eso el especialista de aquí me ha recordado amablemente que no es recomendable para pacientes como yo (se supone que los que tienen lesiones como la mía no pueden/deben moverse mucho).

Profesor Charles Xavier

Mi yo futuro, cuando pierda el pelo, desarrolle poderes mentales y me cambie el nombre a Carlos Javier

Ya sabía que Valladolid era una ciudad accesible para los discapacitados; no solo es muy llana, sino que tiene fama de ello. Pero lo que me ha sorprendido es lo increíblemente amable que es la gente con los que vamos en silla de ruedas; todavía no he tenido que pedir ayuda a nadie, pero me la han ofrecido en innumerables ocasiones. Y si digo esto esto de los desconocidos, qué voy a decir de vosotros, que ya sabéis lo poco que me gusta pedir ayuda y lo cabezota que soy.

Como contrapunto a esto, algunos sabéis que en diciembre finalizaba el plazo legal que se tenía para hacer accesibles todos los edificios, públicos o privados. En este caso, sorprende que prácticamente nadie haya hecho caso de ello.

Finalmente, lo mejor de todo ha sido poder veros a muchos de vosotros ya no solo fuera del hospital, sino en el entorno y ambiente habitual. Tenía muchas ganas.

Feliz año a todos y una vez más, muchas gracias, esta vez no solo por vuestro apoyo, también por vuestra ayuda y vuestra paciencia.

Música: Wheels of Fire, de Manowar
Juego: Automania, de Kenneth Minde y Kristian Amundsen Østby

 

Sección sobre mi incapacidad de obtener el carnet de conducirComo prometí, voy a hablar del segundo proyecto secreto; sabéis que estuve varios meses dedicando un par de horas al día a reaprender mecanografía. Cuando me di cuenta de que nunca iba a teclear suficientemente rápido para trabajar, decidí dedicar a esas horas a algo más productivo: aprender a conducir. Sí, no es broma, yo que nunca me he interesado por los coches, me lanzo a ello precisamente ahora, que es cuando más me va costar. Pero me lo voy a sacar por mucho que me cueste.

Ferrari

¿Mi futuro coche?

Me matriculé en una autoescuela y me puse a hacer tests (ahora son online), porque después de mi experiencia en la carrera, estudiar un libraco de 260+ páginas de normativas es algo que no puede tener un final feliz.

Esto ya fue hace bastante tiempo, pero entre la huelga de examinadores, que obliga a solicitar exámenes a uno o dos meses vista, y un error de la dueña de la autoescuela, que no me inscribió a tiempo, hice el examen teórico la semana pasada, un mes y pico más tarde de estar preparado. Mi idea era sacarme el práctico aquí, que es mucho más barato y fácil, pero cuando vi cómo estaba funcionando la huelga, me di cuenta de que iba a ser imposible: los tiempos de espera y la incertidumbre son tremendos.

Señales

WTF?

Habréis pensado que he aprobado el examen teórico, pero no es así; tuve cuatro fallos y solo se permitían tres. Sin embargo, ya he empezado a dar clases prácticas. Creía que mi falta de estabilidad en el tronco podía jugarme malas pasadas, pero atándome al asiento la cosa funciona bastante bien. El primer día ya puse el coche a 100 y me pasé media hora navegando entre el tráfico de Toledo. La instructora dice que se me da bien, pero no estoy notando mucha progresión. De todas formas, viendo cómo conducían algunos de mis amigos al principio, no pierdo la esperanza. De momento no he atropellado a nadie, así que muy mal no lo estoy haciendo.

¿Quién ha quedado tercero en la carrera de karts?

Ya he hablado con una autoescuela de Valladolid. El tío, además de ser bastante borde, no estuvo dispuesto a darme ninguna facilidad por ser discapacitado (todo lo contrario, pretende tangarme con la tasa de transferencia de expediente). Así que si conocéis alguna autoescuela de Valladolid que tenga coches adaptados aparte de San Pablo, os agradecería que me lo dijerais.

A cambio, prometo avisaros de las horas de mis prácticas para que no salgáis a la calle. ¡Trato hecho!