Música: Fear of the Dark, de Iron Maiden
Juego: La posada sangrienta, de Nicolas Robert
Mi lesión medular es una C3 con preservación parcial hasta C6-C7, de ASIA A.
Las lesiones medulares se denominan en función de la vértebra más alta cuya médula ha resultado afectada, lo cual determina las funciones corporales que se conservan y, en gran medida, la gravedad de dicha lesión. Consecuentemente, las lesiones cervicales (C) son las más graves, seguidas por las torácicas (T) o dorsales (D), las lumbares (L) y las sacras (S).
La clasificación ASIA es la estándar que mide la gravedad de la lesión atendiendo a la ausencia o conservación de las funciones motoras y sensoriales, así como la severidad del pronóstico. A es la más grave y E casi corresponde a la de una persona sana.
Hablando en plata: solo puedo mover algunos músculos de los brazos, muñecas y manos, así como los que nacen en el cuello. Mi sensibilidad se extiende un poco más, por el torso superior. No conservo capacidad motora ni sensorial en otras partes del cuerpo y es poco probable que mi lesión mejore.
En realidad, las lesiones medulares no son comparables, ni siquiera aquellas de características similares. Yo estoy mejor y soy capaz de hacer muchas más cosas que las habituales en una lesión de mi nivel; supongo que ello se deberá a la fortuna, al esfuerzo que invertí en la rehabilitación y a las ganas que le echo a todo, que, en mi opinión, es más importante que otros aspectos puramente físicos. Quizás en un futuro, si detecto interés, profundice más en el desconocido mundo de las lesiones medulares y las particularidades de la mía.