11 de octubre: de vacaciones en casa

Música: Paradise City, de Guns N’ Roses
Juego: First Train to Nuremberg, de Martin Wallace

 

Sección dedicada a acontecimientos extraordinarios¡¡Hola, hola!! Esta es la primera vez que os escribo desde fuera del hospital. De hecho, estoy en el AVE Madrid-Valladolid, en el que me ha dejado un hermano y del que me recogerá el otro.

No, no me han dado el alta todavía, solo estaré en Valladolid hasta el sábado o el domingo. La idea de todo esto es suavizar el brutal choque con la realidad que, según me han dicho, todos se pegan cuando les dan el alta médica. Por eso, en el hospital me aconsejaron que no hiciera planes y yo, que soy muy obediente, les hice caso… Aparte de ir a ver a mi padre, asistir al bautizo del hijo de mi prima Teresa y probar a vivir en mi casa para saber las adaptaciones que tendrá que hacer Carlos, ver si tengo que comprarme una cama especial y otras cosillas. El resto del tiempo, que ya no es mucho, tendré que ir improvisando sobre la marcha. Pero seguramente no haga muchas cosas fuera de casa, ni muy lejos, porque todavía soy un discapacitado novato (ni siquiera tengo el carné).

Servicio Atendo del AVE

Los AVE no están muy adaptados para minusválidos, pero el servicio Atendo permite viajar en ellos fácilmente

También os voy a contar una cosilla curiosa que me pasó el otro día. Hace un par de semanas, me apunté a un «grupo de terapia sexual». En mi caso, con parálisis de teticas para abajo, no parecía una decisión muy inteligente, pero me lo recomendó la terapeuta y, como ya sabéis, soy muy obediente y le hice caso, a pesar de que mis experiencias con el departamento de psicología del hospital habían sido poco gratas. En la primera sesión descubrí que no, no era una orgía; de hecho, fue una pérdida de tiempo total para mí. Sin embargo, la psicóloga me convenció para darle una segunda oportunidad. La nueva sesión fue igual de aburrida, e incluso deprimente por momentos, salvo por los ocasionales chistes de un buen amigo.

Sin embargo, nos puso un vídeo de un tetrapléjico, antiguo paciente del hospital, y una de sus escenas me impactó. En ella, explicaba lo mucho que le fastidiaba tener que hacer trabajar a sus seres queridos; según él, era una «puta mierda», pero él tenía una serie de necesidades de las que alguien debía encargarse.

Ayuda al minusválido

La ayuda al dicapacitado, el undécimo mandamiento

Me impactó porque yo sentía exactamente lo mismo. Los que me conocéis bien, sabéis que no me gusta nada pedir ayuda, aunque hasta ahora no me ha quedado más remedio que aceptarla. Y es así hasta tal punto que «ser independiente» ha sido mi principal objetivo y motivación durante todos estos meses en Toledo. Recibí un gran golpe moral el día que se lo conté a mi fisioterapeuta y me dijo que siendo tetrapléjico, eso era imposible. «Ser independiente» entraña muchas más cosas de cosas de las que al principio imaginaba, como sondarte a ti mismo, ponerte supositorios y otras cosas que, con mis torpes dedos, son realmente complicadas; o cosas como subirte a la silla desde el suelo (cuando me caigo) para las que además hace falta una fuerza sobrehumana. Sin embargo, no me rendí, y ya me falta poco parar ser independiente. Evidentemente, ese poco es lo más difícil, así que no creo que me dé tiempo a demostrar su error a mi fisio, pero aunque sea, terminaré de conseguirlo en Valladolid.

En cualquier caso, con o sin gran choque con la realidad, sé que mi vida ha sufrido un gran cambio. Un cambio que, como decía el «tetra» del vídeo, por mucho que me esfuerce en minimizar, también va a afectaros a vosotros, los que formáis parte de mi vida.

Sígueme y dale al Me gusta:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.