Sigo con mis achaques. La semana pasada los mareos no me dejaban ni sentarme en la silla y los dolores no desaparecen. Son mareos que siento con frecuencia, cuando levanto la cabeza, o cuando me ponen de pie. Esta semana los mareos están siendo sustituidos por una sensación de hormigueo por todo el brazo izquierdo, que culmina con una parálisis parcial en la mano… y más dolor. Cada semana —a veces cada día— es una historia nueva. Empiezo a pensar que nunca voy a estar ni medio bien y que debo acostumbrarme a vivir así. Mi lesión medular es muy grave y supongo que debo dar gracias por seguir vivo.
Igual que debo dar gracias por no haber caído en las garras del virus que ya infecta a tanta gente. Recordaréis que en la última entrada ya adelanté que estaba extremando el cuidado, ya antes de que se anunciarán las medidas oficiales. No voy a daros mucho la brasa con este tema, que bastante tenemos ya, pero sí me gustaría compartir con vosotros una reflexión.
¿Cómo es que el virus está afectando tanto a España, que ni está geográficamente cerca ni mantiene relaciones estrechas de ningún tipo con China? Y en mi opinión la situación es mucho más trágica de lo que nos cuentan. Conozco varios afectados que no han sido sometidos a pruebas, porque no las hay. Seguramente los infectados no se cuenten por decenas de miles, sino por millones.
La tendencia natural del español es echar la culpa a otro, ¿y qué mejor cabeza de turco que el gobierno? Tampoco es que sea un «turco» propiamente dicho, porque su gestión está siendo nefasta, pero rara vez se llega a una situación tan crítica sin culpa compartida.
A esta gestión nefasta del gobierno debemos añadir la incompetencia de la oposición, que por mucha crítica furibunda que lance, ni en su momento sugirió nada, ni —peor aún— tampoco lo está haciendo ahora, salvo cosas que sabe imposibles. No les interesan los españoles, ni curar la enfermedad, ni minimizar el número de afectados, solo están interesados en sacar rédito político de la situación en estos momentos en los que la unidad es más necesaria que nunca. No se quienes me dan más asco. Bueno, sí que lo sé: las personas «de la calle» que aprovechan estos momentos para hacer política, ya que para ellos ni siquiera es su forma de vida
Y por supuesto, una parte de la culpa la tenemos nosotros, los españoles de a pie, que hacemos lo que nos da la gana y nos lo tomamos todo a cachondeo. A día de hoy, con todo lo que nos ha caído, me sigue escribiendo gente por Wallapop para quedar físicamente para comprar cosas. Pero siempre es más fácil echarle la culpa a otros. Ahora queremos respiradores, nosotros que durante años hemos esquilmado la sanidad pública; queremos que el gobierno compre material médico, pero evitamos pagar impuestos —legal o ilegalmente— a la mínima que podemos; queremos una vacuna, pero nuestra inversión en investigación es casi negativa.
En general, estoy llevando bien el encierro. Estuve más de 15 años de autónomo trabajando casa, y estos tres últimos años me sacado un doctorado en quedarme encerrado en casa/el hospital. Sin embargo, reconozco que la situación me está afectando mentalmente. Ya sabéis que yo no soy un amargado, que me gusta reírme como el que más, que soy optimista y todo eso, pero… Espero volver a escribir pronto y aprovecharé para contároslo.
No quiero despedirme sin enviar un fuerte abrazo a todos los afectados, o a los que tengáis familiares o amigos afectados. Espero que podáis recuperaros, a ser posible pronto, con poco sufrimiento y en casa. Y por supuesto, a los sanitarios y todos aquellos que os veis obligados a salir a trabajar en estas circunstancias. El mundo ha demostrado no estar preparado para algo como estoy, así que debemos pensar que dentro de malo, esta pandemia tiene una tasa de mortalidad bastante baja. Espero que aprendamos y que la próxima no pille a la humanidad fuera de juego.
En mi ingenuidad, quiero pensar que esto servirá al menos para cambiar un poco el mundo a bien.
Un abrazo muy grande, compañero,
ST
Este virus está despertando sentimientos de humanidad en muchos. La crisis posterior adormecerá los de algunos. Veremos qué nos queda después.
Tienes mucha razón en todo lo que dices de los políticos, y de la gente. Es una pena, porque , ante una situación tan delicada, tenían que estar “ todos a una”, y no con reproches y ataques continuos, de unos a otros, y la gente… muy unidos para aplaudir, pero después, invaden los teléfonos con mensajes ofensivos, o de bromas, que te hacen poner en duda si hay realmente están preocupados, o simplemente, quieren pasar el rato. En cuanto a tu salud… siento mucho que te encuentres con dolores y mareos, y confío en que estando en casa, más descansado, vayas mejorando y nos escribas pronto , porque nos agrada mucho saber de ti. Mucho ánimo y que ese “ gracias a la vida” tan bonito que escribes hoy, se repita siempre. Un abrazo muy fuerte y cuídate mucho!
Muchas gracias, Aurora. Me hacéis sentir querido 😘
Mucho ánimo. Cuando pase todo esto podemos queda y te cuento batallitas con tranquilidad. Ya lo decía Jack Nicholson en «Algunos hombres buenos»: Jodida gente.
Un abrazo.