13 de octubre: ¿me ayudas?

Música: Help, de Tony Ronald
Juego: Pandemic Legacy: Temporada 1, de Rob Daviau y Matt Leacock

 

Supongo que no conoceréis el PIRI (Programa Individualizado de Recuperación e Integración Social de Personas con Discapacidad Sobrevenida). Ofrecen asesoría de terapia ocupacional y tratamiento psicológico de forma gratuita, y es de lo poco sigue funcionando bien, posiblemente porque es de lo poco que no han tocado los políticos dirigentes. Posiblemente porque los políticos desconocen su existencia, como tú y como yo hace un año. Y también por los trabajadores que lo componen, claro.

Me sorprendió que me asignaran un psicólogo. Yo había aceptado mi nueva situación y sus inconvenientes prácticamente desde el principio y estaba decidido a disfrutar de la vida en mis presentes circunstancias. Sé que muchos lesionados medulares se hunden en las primeras etapas, pero no era mi caso. ¿Por qué malgastar recursos conmigo cuando hay tanta gente necesitada? ¿Por qué la administración me da algo que no necesito y no me facilita nada de lo que necesito?

Ayuda

¿Ayuda?

En cualquier caso, Manolo, el psicólogo, es un tío simpático (y bien preparado, guiño, guiño), así que las reuniones con él son divertidas y me ha ayudado con otras cosas. Una de ellas ha sido el gimnasio de ASPAYM, un tema que dejaré para otro día. Pero durante una conversación casual descubrí que sí tenía un problema que me estaba tratando: mi negativa a aceptar la ayuda de terceros.

Mi empeño en hacer todo yo me ha permitido estar muy bien para la lesión que tengo, y ser capaz de lograrlo sin ayuda es también una gran motivación para seguir adelante. Por otra parte, esta forma de actuar me ha metido en bastantes líos y he sufrido muchos problemas; esta vez no voy a preguntaros en una encuesta, la respuesta parece obvia: lo ideal sería encontrar una solución de compromiso que, conociéndome, seguramente tenderá más hacia el hacer mucho.

Cartel de Los Increíbles

Esta película la vi desde la cuarta fila -8)

No pienso renunciar a mis pequeñas locuras. Por ejemplo, el otro día, en el cine (fui al cine tres días consecutivos), harto de ver la película desde el sitio reservado a discapacitados, ante la primera fila, comiéndome la pantalla —con el consiguiente mareo—, logré subir hasta la cuarta fila y pasarme a una butaca con la ayuda de dos amigos. Los tres acabamos agotados, pero yo disfruté mucho de la película —que además me gustó— y de su compañía.

Creo que acepto las ayudas algo mejor; Claudia me ayuda mucho, hasta el punto de que temo el día en que me vaya a vivir solo y tenga que encargarme de todo. Las acepto mejor, pero no las pido. Me han dicho que es por orgullo, ¿pero de verdad creéis que soy orgulloso? Yo creo que no lo soy, pero las cosas se ven diferente desde fuera, así que ahí va la encuesta de la semana. Recordad que es anónima, yo no sabré lo que ha votado cada uno:

 

¿Creéis que no pido ayuda por orgullo?

Ver resultados

Cargando ... Cargando ...

 

No pido ayuda porque no me gusta molestar, quizás una herencia de la extrema timidez que acusaba de pequeño. Algunos me decís que no es molestia, y yo os creo, pero… no puedo evitarlo. Soy así. Sé que debo cambiar, pero no es tan fácil. ¿Se os ocurre cómo podría hacerlo? Tengo una prima que me dice «Ten confianza para pedirme ayuda cuando la necesites, que yo la tendré para negarme cuando no pueda dártela«. Lo he pensado mucho y lo suscribo, pero soy incapaz de predicar con el ejemplo.

Un empujoncito

Un empujoncito…

Porque… ¿Cuándo necesito ayuda? Muy pocas veces la necesito realmente, otra cosa es que me venga bien o me facilite la vida. Si empujas mi silla por la mañana, quizás me permitas ahorrar una energía que yo podría utilizar para seguir activo por la tarde… Pero también podría descansar por la tarde.

En cualquier caso, me gusta hacer las cosas. Me siento bien cuando consigo hacerlas. Es posible que sea una reacción inconsciente al haber quedado «minusválido», quizás necesite sentirme «válido».

Y otro motivo es que me gusta ayudar más de lo que me ayudan. Aquí quizás volvamos al tema del orgullo… Me gusta sumar, me gusta pensar que aporto cosas positivas a la vida de todas las personas que conozco, que gracias a mí, son más felices. Pero también debería aceptar que los demás pueden pensar lo mismo y yo se lo niego cerrándome a su ayuda. ¿Es así?

Ayuda

La satisfacción de ayudar a los demás

Ya dejo de desvariar. He resumido mis sentimientos acerca de este tema al que tantas vueltas doy, pero me gustaría que me comentarais qué opináis de todo esto.

 

También quiero hablar de la encuesta de hace tres semanas, acerca de mi terquedad. Es imposible negar que ya esperaba que la opinión preponderante sería condenatoria, pero no me imaginaba que fuera a serlo de una forma tan contundente.

No sé cómo interpretar esta respuesta. Sinceramente, creo que no soy tan cabezota. Escucho las opiniones de los demás y os hago caso en bastantes más ocasiones que los demás a mí cuando sugiero algo. Creo que reconozco mis errores. Quizás os referís solo a mi obcecación con la recuperación y debería tomármelo como un halago. O también es posible que deba esforzarme para rebajar mi nivel de terquedad en todos los aspectos.

Sígueme y dale al Me gusta:

4 comentarios

  1. Yo puedo hablar por el tiempo que compartimos en Toledo y por las conclusiones que saque, que son sólo mías.
    Yo he votado que no, para mí no lo haces por ser orgulloso mas bien es como tú dices para saber que puedes hacerlo por ti mismo. Contare una anécdota que nos pasó en Toledo, íbamos a ir al cine juntos, pero tenías que dejar las cosas del sondaje en aquel cuartucho pequeño y donde costaba levantar la tapa del cubo de la basura, al hacerlo perdiste el equilibrio y yo estaba fuera y veía como no conseguías recuperarlo y estabas a punto de caerte de la silla, aún así no me pedias ayuda y tuve que cogerte por detrás levantándote por los brazos y ponerte bien en la silla, si te dejo seguro te habrías caído, pero de pedir ayuda nada.
    Por lo menos diste las gracias, eso quiere decir que no es por orgullo es por no querer molestar.😉

  2. Yo no creo que sea por orgullo, pero te aseguro que cuando queremos echarte una mano en algo, es simplemente porque, nos sale sin querer, con nuestra mejor intención, y por supuesto, que no pensamos que pueda parecerte mal. Y después de leer de nuevo lo que has escrito, te pido disculpas, por si en alguna ocasión, te has sentido mal con mi actitud. Eres tan educado y respetuoso, que nunca te muestras descontento y quizá yo si que te haya podido molestar con mi afán por ayudar. Yo , sabes que siempre he admirado y valorado tu voluntad y tu tesón, y pienso que te viene muy bien ser así. Un abrazo Aurora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.