Música: Cuidado con el perro, de Barricada
Juego: Pick-a-Perro, de Torsten Langsvodt

 

Siempre quise tener un perro.

Creo que a todos los niños les gustaría tener un perro en casa. Yo no fui diferente, pero entonces no estaba en mi mano. Y cuando me independicé y pasó a estarlo, siempre he encontrado motivos para no tenerlo: la falta de tiempo por el trabajo, La falta de espacio en casa, los viajes… Sin embargo, todo aquello eran simples excusas y la verdadera razón era la enorme responsabilidad que conlleva hacerse cargo de un perro. Es un ser vivo que pasa a depender de ti. No es como un hijo, pero tienes que dedicarle tiempo todos los días durante un montón de años, si sales fuera o viajas le tienes que dejar con alguien, etc.

Y justo ahora, que me he quedado tetrapléjico y las cosas me cuestan mucho más, que paso un tercio de mi vida ingresado en hospitales, he decidido adoptar a una perra. ¿Por qué? Seguro que el gran cariño que le he cogido a Nana durante todos estos años tiene mucho que ver. Claudia, que necesita una mascota a la que entregar todo su amor, también me ha presionado bastante y me ha prometido su ayuda para cuidarla. Y me he dado cuenta de que la vida pasa y hay que lanzarse a hacer las cosas que uno quiere, o las irás prorrogando eternamente hasta que quedan fuera de tu alcance. Por supuesto, el hecho de estar jubilado y disponer de más tiempo también ayuda. Y los viajes se han convertido en un problema menor.

Mi nueva perra

Mi nueva perrita, Sirka, en la fase B: reposo

Llevaba meses pensándolo: no quería un perro grande —a pesar de que son mis favoritos— porque no iba a poder manejarlo; tampoco quería un cachorro, porque dan muchísimo trabajo; y no quería tenerlo antes de irme a vivir a mi casa para incorporarlo a mi vida en un momento de estabilidad. Pero al final surgió esta oportunidad y el único plan que he respetado es que cuando crezca, no va será una perra muy grande (cruzo los dedos).

En fin, lo importante es que Sirka ya está aquí, así que os la presento a todos: Es una perra mestiza de dos meses, adoptada de una camada de tres. Su hermano ya había sido adoptado y quedaban las dos hermanas, que nos ofrecieron para elegir. La otra, algo más pequeña y estilizada, era más guapa, pero yo me quedé con Sirka porque al ir a verlas, corrió directamente hacia a mí. Su dueña nos lo confirmó: era la más cariñosa.

Perrita cariñosa

¿Es cariñosa o no es cariñosa?

El primer día lo pasó aterrada, lejos de su madre y en un entorno y con personas nuevas. Pero al ir cogiendo confianza, empezó a dar muestras de su cariño. Al tercer día ya se soltó completamente y su verdadera identidad como agente del Caos Primordial quedó patente: alterna dos horas de hiperactividad con dos horas de sueño, en las que parece una bendita.

Sus horas de actividad parece pasarlas a cámara rápida. Parece uno de esos entes de ciencia ficción que se mueven más rápido que los humanos. Apenas necesita media hora para sumir la casa en el Caos más absoluto. Muerde todo lo que no esté fijado al suelo, lo agita y lo arrastra hasta otro sitio, o hasta que encuentre otra cosa o persona que morder o arrastrar.

Claudia dice que toda mascota se parece a su dueño; y si no es que es robada. Sirka se parece a mí en que no se cansa de jugar, en que es muy cabezota: si le apetece subirse al sofá, salta (y se estrella) una y otra vez, aunque se quede muy lejos de lograrlo. Anda con torpeza, como yo, aunque a ella se le pasará con la infancia, y quiere vivir a toda velocidad, sin desperdiciar el tiempo.

En el poco tiempo que lleva con nosotros, ya ha cautivado los corazones de Claudia, de Carlos y mío. El de mi madre, por desgracia, está más allá del alcance de un mortal normal. Pero todo esto era el desenlace que todos habríais esperado si os hubiera contado la historia. Lo que más me ha extrañado es que también ha conquistado el corazón de Nana, una perra que prácticamente solo hace caso a los eres humanos, que ignora la existencia de otros canes. Sirka quiso jugar con ella desde el primer momento, y no se dejó amilanar por una semana de desmanes y gruñidos y amenazas. Todo lo contrario, siguió detrás de ella, erre que erre, hasta que Nana «accedió» a jugar con ella durante los dos últimos días. Ahora estará un tiempo fuera; veremos qué pasa a la vuelta.

Primera elección

Vlaada, Uwe o Feld. Ante la primera decisión difícil de su vida, Sirka realizó una extraña elección: Elefante

Y también veremos qué pasa con Sirka y cómo termina de encajar en mi vida. He querido dedicarle toda una entrada porque va a ser un factor muy importante para mí. Sin duda alguna.

 

https://youtu.be/UzFWMLSfcHw