Música: Bola del Dragón, por Jordi Vila
Juego: Terra, de Friedemann Friese
Llevo un par de semanas complicadas. Han vuelto los dolores con la intensidad brutal del invierno pasado, y me he asustado bastante. Además, ha coincidido con una serie de problemas con los esfínteres y no me ha quedado más remedio que suspender muchas de mis actividades y quedarme en casa. Esta semana me ha visitado otra supuesta infección de orina, así que otra semana y media de antibióticos. Lo he pasado mal, he llegado a tener casi 40 de fiebre, pero he esquivado el hospital; es posible que me la haya jugado demasiado, pero ha salido bien. Le estoy cogiendo una manía terrible al hospital.
Pero bueno, se ha terminado el año —que además coincide con el aniversario de mi regreso a Valladolid— y lo propio es hacer una valoración de lo sucedido y una planificación de lo que está por venir.
Yo no soy mucho de hacer valoraciones, pero si tuviera que hacerla, primer destacaría que todo lo sucedido el año pasado es provisional. Quizá apunte a lo que va a ser mi vida a partir de ahora, pero mi cuerpo se estaba adaptando a la lesión. Y aunque esta no va a evolucionar a mejor, es posible que las cosas cambien o yo aprenda a afrontarlas. Ni me asusto ni me resigno a todo lo que me ha pasado.
Dicho lo cual, ha quedado claro que tengo una lesión muy alta y que me van a pasar muchas cosas raras, todas ellas malas. Ya se lo adelantó el especialista de Toledo a mi hermano, y yo no le había dado crédito hasta llegar aquí porque me encontraba muy bien. Pero claro, entonces mi lesión estaba reciente y mi cuerpo todavía no había degenerado sufriendo las consecuencias de la lesión o la inactividad. Debo ser consciente de ello y aceptar que voy a perderme muchas cosas que me gustan.
También me ha quedado claro que los médicos no me van a ayudar, ni siquiera los de Toledo. Lo mío es una probabilidad entre muchos millones hecha realidad, y se escapa a sus conocimientos y a su voluntad. Dependo exclusivamente de encontrar un médico que se lo tome como un desafío y decida involucrarse. No abandono la esperanza, pero es poco probable que suceda, así que debo aprender a valerme por mí mismo, y a reconocer mi nuevo cuerpo y mis necesidades.
Lo que me ha sorprendido más fav
orablemente ha sido la ayuda humana que he recibido. Siempre dicen que muchos amigos desaparecen cuando llegan las duras. A mí no me ha pasado. Más bien al contrario, me han aparecido buenos amigos con los que por desgracia (o por dejadez), había perdido el contacto. Tampoco quiero exagerar, es verdad que de alguno esperaba más, pero en general estoy muy contento con todo lo que me aporta la gente que me rodea. Y también me ha sorprendido lo amables que han sido los desconocidos.
Tampoco he sido una persona de propósitos de año nuevo. Apenas me los propuse en un par de ocasiones, y tardé menos en olvidarlos que en formularlos. Pero este año, como tengo el blog, voy a lanzarme a la piscina. También lo hago porque aunque sé que no hay que obsesionarse con estas cosas, si no lo intentas, es imposible que se produzca el cambio, y creo que ahora mismo mi vida necesita algo de eso.
Voy a hablar de cinco proyectos serios (los menos importantes y las chorradas divertidas las dejo para los tetrarretos de Instagram) cuya consecución no depende de terceros (a diferencia de los que traía de Toledo). Son proyectos que me planteo para YA, o para un futuro a corto plazo.
- 1) Solucionar mi problema con las compras. Debería ser sencillo, pero no lo estoy consiguiendo, así que lo incluyo en esta lista. Sigo pensando que es fácil y no lo contabilizaré cómo éxito salvo que lo tenga controlado para abril.
- 2) Hacer una lista de los juegos de mesa que tengo y no he jugado, y reducir su número a la cuarta parte. ¿Que no es importante? Si vierais mi colección de juegos, seguramente cambiaríais de opinión.
- 3) Volver a trabajar. Odio ser un elemento improductivo de la sociedad, y por muy grave que sea la lesión que he sufrido y lo comprensible que sea mi jubilación, quiero aportar cosas a la humanidad. Es complicado porque estando jubilado no puedo hacer muchas cosas, pero tengo todo el año para investigar. Solo serán unas horas al día, lo que buenamente pueda.
- 4) Sacarme el carnet de conducir. Quizá os parezca una bobada, pero acumulo un largo historial de fracasos. He estado matriculado en bastantes autoescuelas y, aunque solo lo he intentado en Toledo, el caso es que sigo sin carnet.
- 5) Necesito procrastinar menos para priorizar las cosas importantes y aprovechar más el tiempo. En gran medida, el éxito en los otros objetivos significará que también me ha ido bien con este.
Como complemento, que el año es muy largo y hay que ser ambicioso, voy a elegir otros cinco objetivos que no caben en el grupo anterior por diversos motivos:
- A) Soy una persona extremadamente pragmática y nunca me he preocupado de adornar mi casa. Esta vez voy a hacerlo, aunque me limitaré a colgar algún cuadro, porque no pienso admitir ningún objeto decorativo que me complique la vida, ni al deambular por la casa, ni al limpiar.
- B) Voy a sacarme algún título de inglés. Con mis más de 15 años de experiencia como traductor, no debería costarme mucho, pero nunca lo he hecho, así que fácil tampoco será. Además, pretendo apuntar alto.
- C) Voy a vigilar mi peso. Algunos decís que estoy delgado, pero un poquillo de panza sí tengo. Es inevitable, porque no tengo músculos abdominales, pero para mí es fundamental no aumentar de peso, ya que me complica mucho las transferencias y casi cualquier otro movimiento. Recordad que solo muevo los brazos y con ellos tengo casi la mitad de fuerza de lo que debería, según los médicos. Si os fijáis, casi todos los que van en silla de ruedas están gordos, y los tetrapléjicos mucho más. Ahora gasto muchísima menos energía que antes, así que debo adaptar mi alimentación consecuentemente, cosa que todavía no he hecho. Los que me conocéis sabéis que será una tarea difícil, ya que como mucho. No lo incluyo en el primer grupo por la dificultad que entraña valorar su éxito (no puedo pesarme, entre otras cosas).
- D) Centrar el blog. Debo ser menos errático, redactar artículos más breves y concisos cómo que no toquen tantas temáticas. Una estabilidad médica me ayudaría a conseguirlo, ya que no tendría que escribir sobre mi salud en cada entrada. Es decir pretendo escribir menos y sobre menos temas, pero con mayor frecuencia. También quiero hacer mejoras de imagen y organización, aunque siendo sensato, la mera existencia de este blog a finales de 2019 ya debería ser suficiente logro para mí.
- Si algo me han enseñado estos últimos años, es que hay que aprovechar la vida. Voy a intentar hacer cosas que me gusten y me hagan feliz. Y si tengo que hacer algo que no me guste, intentaré hacerlo de una forma que me guste, o conseguir lo mismo de otra forma.
¿Qué os parecen mis proyectos? ¿Qué creéis que puede fallar? ¿Se os ocurre algún desafío más que pueda resultar interesante?