Música: El hombre y la tierra, de Antón García Abril
Juego: Animal sobre animal, de Klaus Miltenberger

 

Amanece en cualquier serranía urbana del norte de la meseta ibérica, se retiran los cazadores de la noche y comienza la jornada de los depredadores y carroñeros diurnos, pero nuestro protagonista todavía dormita a la umbría, acumulando fuerzas para la ardua jornada que le aguarda.

No es hasta bien entrada la mañana que el tetraterco inicia la actividad, cumpliendo, con rigurosa parsimonia, con todos los rituales matutinos. Terminadas las abluciones matutinas, es la hora de los ejercicios y estiramientos que calmarán sus constantes dolores.

Tetraterco con perro

Aquí vemos al tetraterco relacionándose con especies de su nivel intelectual

La actividad del tetraterco —que se asocia libremente con humanos— se prolonga hasta la madrugada. Esta es muy variada en cantidad y calidad. La presa favorita del tetraterco son los juegos de mesa, de los que se dice acumula centenares en su guarida. Se entrega al juego feliz casi con cualquier animal de sangre caliente: ovejas y cervatillos, pero también lobos, buitres y comadrejas. Si la caza no es abundante, se contenta con presas audiovisuales, de las que suele disfrutar en solitario.

La historia de nuestro tetraterco no ha sido fácil, siempre aquejado de problemas de salud. Ya desde su más tierna infancia hizo gala de su característica testarudez, trastejando con sus compañeros de correrías por la estepa castellana. En una fresca mañana de marzo se produce la tragedia: nuestro pequeño cabezota se derrumba como si hubiera caído fulminado por un rayo, gritando, presa del más espantoso de los dolores. De repente llega la tranquilidad; parece que el dolor ha remitido, pero nuestro joven terco no se mueve. Parece que… Sí, se ha quedado paralizado.

Igor sonríe

Mi amo «es» una especie en peligro de extinción

Y en este punto comienza la verdadera historia del tetraterco. Casi inconsciente, está a punto de fallecer en varias ocasiones, pero su cuerpecillo se agarra a la vida con la misma tenacidad que su dueño. Poco a poco, gracias a su tesón, comienza a mover sus miembros delanteros. Ahora contemplamos cómo se emplea a fondo en su rehabilitación.

Sus primeros cuidadores decían de él que era un tetrapléjico que quería vivir como un parapléjico. A pesar del ofrecimiento de los humanos, se niega a aceptar ningún tipo de ayuda. Piensan los profanos en la zoología que esta actitud tan obstinada ha de conducirle necesariamente la extinción; nada más erróneo: los datos de los científicos parecen coincidir en que este tipo de pautas favorece su recuperación. Sin embargo, este comportamiento no está exento de peligros; no son pocas las ocasiones en las que el tetraterco ha terminado lesionado.

Otro animal

No es que sea cabezota, es que tengo razón

Ay si el tetraterco se topa con cualquier dificultad. Intentará superarla una y otra vez, tropezando no dos, sino tres y cuatro —o cinco y seis veces si hace falta— con la misma piedra. Aunque sea a cabezazos. Queremos llamar la atención, queridos amigos de la fauna ibérica, sobre esta particularidad que le define y es única e inédita en cualquier animal de sus características.

En invierno, desprovisto de todo tipo de cautela, el tetraterco se aventura por una urbe que no está adaptada a sus limitaciones. Pero amigos míos, ni siquiera esta circunstancia parece amilanar a nuestro protagonista. En la época estival emigra al sotobosque, huyendo de los calores, en busca de la tranquilidad del campeo por las tierras de pinares. Y cuando el verano da paso al sueño otoñal, regresa a la ciudad para continuar con su vida donde la dejó.

Crees que el nombre de "tetraterco"...

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Dedicado con cariño a Clara, que acuñó el término «tetraterco».

Música: Aquí no hay playa, de The Refrescos
Juego: Hanabi, de Antoine Bauza

 

De pequeño, mis veranos siempre eran espectaculares. En Viana, estaba todo el día fuera de casa, haciendo deporte, en la piscina, con la bici, o tramando alguna con los amigos. Eran, de largo, los mejores meses del año.

Con la universidad llegaron los suspensos (en mi caso, los No presentado) y aunque no estudiaba mucho, los veranos ya no eran como antes. Y después el trabajo: durante las Navidades salen al mercado muchísimos videojuegos, y todos ellos se han de traducir en verano. No tenía tiempo para nada más.

La piscina grande

La piscinorra grande de nuestra urbanización de Viana

Por eso, empecé este verano con muchas ganas y no menos planes. Iba a ser mi primer verano con tiempo libre en muuuuuchos años. Este año ya había terminado casi todos los trámites importantes, así que llegaba libre de estrés. Pero también con precaución, porque casi ninguno de mis planes se cumplieron durante el invierno y la primavera. Soy consciente de que este es el primer año de mi nueva vida y como sucede a los bebés, todo son descubrimientos. Mi misión es detectar los problemas y encontrar soluciones.

Vaporizador

Mi mejor arma contra el calor

Lo más importante ha sido descubrir lo mal que mi cuerpo regula la temperatura. Ya me habían adelantado que iba a ser así, pero hasta ahora no había sufrido ningún problema importante. Sin embargo, esta vez me ha condicionado el verano completamente. Después de media docena de desventuras, me limité a salir de casa a primera y a última hora del día, y todo fue mejor. Los días más cálidos los pasé en la cama con fiebre provocada por el calor. También he descubierto —gracias a vosotros— algún truquillo para soportarlo mejor. El mayor problema es que este verano ha sido fresquito. ¿Qué me pasará cuando haga calor de verdad? Quizás mi cuerpo mejore y aguante más el calor, pero el problema va a seguir ahí, y debo estar preparado.

También he sufrido problemas gordos al viajar en coche. Un simple trayecto de quince kilómetros me provocaba mareos intensos que me dejaban KO durante horas. Quizás también se deban al calor, pero han ido mejorando a lo largo del verano y ya casi no me mareo.

Las buenas noticias de la estación estival han sido:

  • Las infecciones han empezado a remitir. Lo digo con miedo, porque la última vez que lo hice el destino me premió con una hermosa infección de orina, pero ahí queda. Ya veremos si se confirma.

    Fuerza

    Fuerza

  • Por primera vez desde que salí del HNP, puedo decir que he experimentado una etapa de mejoría, concretamente con los dolores. Ahora mismo vuelvo a estar mal, pero creo que he aprendido bastante acerca de mis problemas y espero que con mis nuevas indicaciones, los médicos puedan hacer algo.
  • Bastantes de las cosas que he probado han funcionado. Todavía no he terminado, y ya lo veremos dentro de un mes o dos, cuando pueda publicar los resultados del concurso, pero creo que me estoy acercando.

En general, he tenido que aplazar muchos planes que tenía hasta el verano que viene. No pasa nada. Cuando se hagan realidad, los disfrutaré más. Las victorias trabajadas dejan mejor sabor.

También he aprendido a dejarme ayudar un poco. En realidad, Claudia —la mujer que cuida de mi madre— me ha ayudado bastante. A base de insistir ha conseguido ablandarme. Ahora siento un poco de miedo al pensar en cómo me apañaré cuando esté solo.

Los cuatro fantásticos

Los protagonistas de mi verano

Y ya solo me queda por decir que, a pesar de todas las vicisitudes, lo he pasado bien. He acabado mejor de lo que empecé, que es muy importante. Me ha tocado pasar mucho tiempo en casa, pero con la alegría y el cariño que me han transmitido Claudia y Nana, la perrita, así como las constantes visitas de mi hermano (el ingeniero con máster en Columbia), volveré a Valladolid cargado de unos ánimos que me vendrán muy bien, porque me esperan unos meses duros. He podido disfrutar de los amigos y familiares y he recibido muchas visitas. ¡Tengo tantas ganas de mejorar para ser yo el visitante…!

 

Sección sobre mi estado de saludEsta semana me he encontrado mejor. Un par de días he estado a punto de olvidar los dolores. He tenido una infección, pero se me ha curado sin necesidad de tratamiento médico. Claudia y yo disentimos respecto a la causa de esta curación espontánea y vosotros vais a decidir quién tiene razón, si ella, si yo, o si ninguno de los dos. La semana que viene os digo quién dijo cada cosa, aunque si me conocéis bien, os lo estaréis imaginando.

Mi infección se ha curado principalmente por...

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Música: What a Wonderful World, de Louis Armstrong
Juego: Dungeon Lords: Happy Anniversary, de Vlaada Chvátil

 

La semana pasada os decía que ahora disfruto más con las cosas que sí puedo hacer y las cosas que no puedo hacer me preocupan menos.

Para ser feliz has de adaptarte. Si vas por la vida arramplando contra todo, te llevarás muchos golpes. Adaptarse o morir. ¿Recordáis aquel viejo anuncio de Bruce Lee? «Sé agua»; adáptate a lo que te rodea. Está basado en un principio del taoísmo que aconseja no enfrentarse a la vida para que esta no te aplaste, porque la vida es más grande que todo. En cambio, fluyendo con la vida, podrás sobreponerte a todo. Más o menos lo mismo predica la teoría de la evolución, cuyo concepto ya había sido postulado por algunos filósofos griegos. Es lo mismo, pero desprovisto de toda la magia y la mística que caracterizan a la cultura oriental. Adaptarse o morir.

Adaptarse o morir. Quizá suene raro en mi boca, ya que aparentemente voy por la vida negándome a aceptar mi destino, queriendo vivir como un parapléjico. No se trata de eso, yo no me resigno a aceptar todo lo que me pasa, elijo las batallas que quiero luchar, seleccionando aquellas que me creo capaz de vencer. Yo no lucho para aferrarme y mantener la vida que llevaba. Lucho para cambiar. Lucho para adaptarme. Lucho para buscar otras sendas, otros caminos. Otras formas de hacer las cosas. Porque un concepto tan presente en las culturas del mundo no puede equivocarse.

Mapa

El viajar se va a acabar

Los que ya me conocéis, sabéis que viajar es mi segunda gran pasión y que casi conozco más países del mundo que años tengo. Me encanta viajar lejos para conocer culturas y estilos de vida diferentes a los nuestros. Algunos me habéis dicho que no tengo por qué renunciar a viajar, que hay viajes para discapacitados… Pero son bastante caros (y mi capacidad adquisitiva ha quedado muy reducida), tardamos en prepararnos, supone moverse con lentitud y en un transporte, sin callejear, volver antes al hotel, algunos hitos no serán accesibles…

Cuando me lo decís, en mi cabeza suena como si me dijerais que no debo renunciar a montar en bici, porque, al fin y al cabo, todavía puedo montar en la bici estática y pedalear con las manos. Eso no es adaptarse; eso supondría aferrarme a mi vida antigua. Porque además, si lo planteas objetivamente, los viajes no parecen una actividad muy sensata para una persona con la movilidad reducida.

Si finalmente viajo, será con amigos, a un país del primer mundo, accesible para discapacitados, y siendo consciente de que algunas veces tendré que esperar fuera tomando un café. Y si alguna vez me saco el carné de conducir, viajaré por el interior de España, que es un terreno que conozco menos.

Por eso no será. Afortunadamente, tengo muchas aficiones, y si hace falta me buscaré otras.

Sección sobre mi estado de salud

Últimamente se me han multiplicado los dolores, quizás debido al creciente frío. Sin embargo, me he mantenido bastante activo. Se acaba el verano y esta puede ser mi última semana en Viana, si es que la cumplo.

Igor sonríe

Vale, jefe, se acaba el verano, pero… ¿Y qué hay de mis vacaciones?

Me espera una semana exigente, con muchas cosas que hacer, trámites, cambios y decisiones importantes. Eso también quiere decir que casi es la hora de sacar conclusiones acerca del verano.

Una última cosa. Este mes pasado he estado revisando fotos viejas, recordando cuándo se cumplía el año de la visita a Toledo de muchos familiares y amigos. No solo me he emocionado al verlas, también me he dado cuenta de lo mucho que he mejorado en cuanto a aspecto desde entonces. Solo me queda controlar el tema de los dolores… ¡y a comerme el mundo!

Debería...

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Juego: Dungeon Lords: Happy Anniversary, de Vlaada Chvátil

 

Sección sobre mi estado de salud

La semana pasada estaba en el hospital, infectado por un bicho desconocido y con una quemadura horrible en la pierna. Ese mismo día conseguí que me dieran el alta con un tratamiento intramuscular. Dos amigas enfermeras que viven por aquí cerca se ocuparon de las inyecciones e hicieron un milagro con mi quemadura: tenía un aspecto horrible y en solo una semana ha pasado a tener mal aspecto. No pongo foto para no herir sensibilidades.

Bombero con hacha

Esa quemadura… ¡Hay que amputar la pierna!

Por lo demás, sigo igual: dolores en las lumbares, el calor me marea y me provoca fiebre… Pero gracias a vuestras sugerencias y algunas ocurrencias mías, lo llevo mejor. Algunas de las soluciones irán a parar a los supertruquis.

 

Muchos me preguntáis por el concurso de la camiseta. Ya tengo algunas respuestas, pero a veces es complicado saber qué es lo que está funcionando, y otros posibles remedios necesitan tiempo para ejercer su efecto. En la siguiente encuesta podréis decidir cómo revelo las soluciones. Si aún queda algún despistadillo, este domingo cerraré el plazo de participación.

Prefieres que revele las soluciones del concurso de la camiseta...

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Pero vamos al tema de hoy. Hace tiempo os conté que haberme quedado en silla de ruedas y tener una pensión, aunque sea justa, me ha permitido apearme del vertiginoso carrusel de trabajo-ocio-descanso. Y os decía que gracias a ello he redescubierto algunos aspectos de la vida que antes no podía o no sabía apreciar en su justa medida.

No me refiero a que ahora me haya dado cuenta de la importancia de la salud o de otras cosas que antes daba por garantizadas y ahora he perdido. Ya sabéis que yo siempre intento ver el lado positivo de todo, así que me refiero más bien a cosas que antes no me hacían feliz y ahora sí, o a cosas que he redescubierto y ahora disfruto mucho más.

Os voy a poner el ejemplo de las reuniones sociales. Siempre he tenido una pequeña fobia a lo social, debida, supongo, a mi timidez. De pequeño rehuía todo contacto con desconocidos; no sabía reaccionar. Lo superé, pero aunque aprendí a disfrutar de la compañía de la gente, siempre llegaba un momento en el que me entraba una especie de cargo de conciencia o malestar, y necesitaba marcharme, aunque no siempre lo hacía.

Ahora disfruto mucho más con la gente, hasta el punto de que a veces me retraigo y me quedo escuchando sin participar en la conversación, siendo consciente de lo bien que me siento y disfrutando por tanto de esa sensación. Parece un estado mental derivado de la paz interior, algo similar al nirvana budista.

Buda alegre

Hooray!!

Creo pues que mi nueva condición me ha hecho cambiar de asiento en el tren de la vida; y ahora las vistas son diferentes. Parecidas, porque el entorno que recorre el tren es el mismo, pero diferentes.

Ahora tengo mucha más paciencia, con los demás y también conmigo mismo. Soy más comprensivo. Mis tendencias obsesivas (perfeccionismo, coleccionismo, optimización máximo del tiempo, etc.) se han suavizado. Disfruto más de los pequeños detalles…

En definitiva, creo que a pesar de las infecciones, los dolores y los malos momentos, que también los tengo, soy más feliz que antes. Y diréis: «¡venga ya, tío!, si estás paralizado de cuello para abajo, hay un montón de cosas que ya no puedes hacer y encima te retuerces de dolor, ¿cómo vas a ser más feliz?» 

El soldado francés burlón de los Monty Python

Me ggio de tu felicidad, especie de ggatón desnutggido sin cola

Pues no lo sé, pero es la sensación que tengo. Quizás se lo deba a los extraterrestres que me abdujeron. También es posible que las numerosas paradas cardiorrespiratorias que tuve en la UVI hayan acabado con la poca cordura que me quedaba. O puede que al fin me haya llegado la madurez (no, eso creo que no). Es posible que dentro de dos meses la situación cambie radicalmente. Pero de lo que estoy seguro es de que ahora disfruto más con las cosas que sí puedo hacer y las cosas que no puedo hacer me preocupan menos.

La semana que viene me explico mejor (o no).