Música: I Want Out, de Helloween
Juego: Middle-Earth Quest, de Corey Konieczka, Christian T. Petersen y Tim Uren
Hoy había pensado escribir sobre la praxis de los médicos —o de algunos médicos— pero mis [escasos] lectores sabrán disculpar que me venda al sensacionalismo del momento y abandone la impecable lógica de la cronología para haceros partícipes de la más rabiosa actualidad.
En la entrada anterior os contaba que me habían llamado para ingresar en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, y casi después de terminar de escribir aquello, ya me encontraba allí. Evidentemente, se trata de una figura retórica: lo cierto es que tardé un poquito más en llegar («poquito» también es una figura retórica). Pero lo peor de todo fue desplazarme hasta allí.
Mi hermano tuvo el detalle de llevarme en coche: fue un viaje muy duro; mucho sueño acumulado y sobre todo los mareos y dolores que me provocaba el tener que apoyar la zona lumbar en el asiento. Me recordó la última etapa del viaje de Frodo Bolsón a Mordor, cuando avanzaba sumido en la fiebre, en un estado de semi-inconsciencia, auxiliado por su fiel Sam. Salvo que yo no me dirigía a Mordor.
El médico de Toledo era mi gran esperanza. Solo por trabajar en el Hospital de Parapléjicos —ven a más lesionados medulares en un mes que en Valladolid en toda la vida— ya ofrece muchas más garantías, pero además había facilitado mi admisión; quería tratarme, al contrario que los especialistas de Valladolid.
Allí llegué un martes con una maleta cargada de ilusión, y también de ropa, pues no esperaba una curación mágica instantánea. Me hicieron unas pruebas y a las veinticuatro horas de haber aterrizado allí, ya me anunciaban el alta para dentro de otras veinticuatro. El jueves, tras otra prueba, me dieron el diagnóstico y para casa, esta vez en ambulancia. Cuando a uno le hablan de un trayecto en ambulancia, se hace una idea muy diferente a lo que yo viví: tumbado en una camilla dura como la piedra, con una amortiguación inexistente…
Lo cierto es que yo esperaba una estancia más prolongada, hasta que dieran con mi problema, pero se limitaron a hacerme las pruebas reglamentarias de una revisión y he vuelto con los mismos dolores con los que fui. En fin, lo importante es que tenía diagnóstico y tratamiento nuevo, de un médico en el que, como ya expliqué, confío más. Pero es que además su informe es mucho más coherente que los de Valladolid.
El problema del tratamiento es que incluye medicamentos no financiados por la seguridad social y eleva mis costes mensuales de material médico por encima de los 250 euros mensuales, pero si consigue aliviar mis dolores, estarán bien invertidos.
¿Y cuál es el diagnóstico? Los dolores se pueden deber a tres factores:
- Acumulación intestinal: al estar paralítico de cuello para abajo, los músculos que controlan los movimientos peristálticos funcionan mal, por lo que tengo problemas de tránsito intestinal. Se aliviarán duplicando el medicamento que ya tomaba, con un opiáceo, una dieta mediterránea y unos supositorios laxantes, que en principio acompañaré con los auto-enemas. Los supositorios ya los he probado y sé que son auténticas armas de destrucción masiva. ¿Por qué os cuento todo esto? Porque me supone un cambio importante en mi dinámica intestinal y salir de casa va a ser complicado hasta que mi cuerpo y yo nos habituemos al nuevo régimen.
- Infecciones: mi otro gran problema, que puede ser causa del primero. Me ha aconsejado un medicamento que combina dos productos que ya estaba tomando: los arándanos rojos y la D-manosa.
- Lesión medular: los dolores también pueden deberse simplemente a la lesión medular. A este respecto no puedo hacer nada salvo rezar para que no sea el caso.
También aproveché el viaje para hablar con el Grupo FENNSI (aplican electromagnetismo al coco de los lesionados medulares para aliviar el dolor neuropático, en fase de pruebas); parecían predispuestos a plantearse mi introducción en el grupo de pruebas, que está cosechando éxitos, pero por indicación del médico tendrá que esperar. Y también hablé con un contacto que me proporcionó un amigo para intentar hacerme un hueco en un grupo de pruebas con células madre; la cosa está difícil, pero hay que probar.
Por supuesto, no dejé de ver y charlar con mi fisio, mi terapeuta y mi psicóloga, así como todo el personal de mi planta. Todos me recordaron lo mucho que había trabajado durante mi estancia allí y me ayudaron a cargarme de ilusión y energía de cara a mi vuelta a casa. Hablé con mi amigo, el celador budista, para ver cómo puedo encarar la meditación budista, que quería probar junto a la sofrología como métodos alternativos para afrontar el dolor.
Como veis, fue un viaje breve pero bien aprovechado. Tengo muchos frentes abiertos en la lucha contra el dolor (más los que no están relacionados con Toledo), no quiero depender exclusivamente de los médicos. Pero por ahora voy a tener paciencia con el nuevo tratamiento.
Hola Miguel
En primer lugar darte la enhorabuena por esa consulta conseguida con el médico de Toledo que tiene experiencia y ganas de curarte!!
He leído con detenimiento la causa de tu dolor y creo que es un diagnóstico muy acertado,
1. El que el tracto intestinal no vaya correctamente puede ser causa de muchos dolores e incomodidad. Veo perfecto la solución que te han dado, además de la medicina, la dieta mediterránea hace milagros: «somos lo que comemos», yo puedo darte muchas recetas sanas y apetecibles.
El desayuno con un zumo de naranja natural y un café descafeinado con leche sienta muy bien, y si añades al café, los cereales especial K integrales de Kellog hace milagros!!
Y con el supositorio para que contar….
Y educar al intestino que sea siempre a la misma hora. Las células tienen memoria. Y tú también…
2. Las infecciones, es ir controlando con análisis semanales tu orina, para evitar que se multipliquen las bacterias sin tú enterarte, y jamás hacerte el valiente!!
Dice el refrán «Es mejor prevenir que curar»
A la menor sospecha de infección atajar desde el comienzo, así la vencerás en un plis-plas.
3. Seguro que los dolores no van a ser causados por la lesión medular!!
De rezar para que no sea así, ya nos encargamos tu madre y yo, que eso se nos da muy bien !!
Me has dado una gran alegría que me digas que vas a probar con la sofrologia!!
Yo te puedo dar un curso acelerado, ya sabes que tengo el master en sofrología Caycediana!!
Ahora mucho ánimo y a cumplir todo con mucha fe, el triunfo está asegurado!!
Un beso. 😘😘😘😘🌹🌹🌹🌹
Muchas gracias por tus acertados consejos, Pilar.
Efectivamente, la dieta mediterránea constaba en las recomendaciones del informe del médico de Toledo. Todavía no he tenido tiempo para ponerme con ello, pero por supuesto me vendrían bien Recetas que fueran fáciles de cocinar.
Lo de los análisis periódicos de orina todavía no me ha dado tiempo a probarlo. Ya tengo otra infección, aunque esta vez me han permitido recuperarme en casa. Ahora estoy con antibióticos que, supongo, viciarían cualquier análisis.
Los dolores han cambiado algo, pero ahora son más intensos y me están limitando mucho mi actividad. Veamos cómo evolucionan.
Un abrazo muy fuerte!!
Estuve escuchando y viendo la letra de la canción que elegiste esta vez.
La elegiste muy bien, no se como lo haces pero llega al corazón.
Son canciones que me sugiere el contenido de la entrada. A veces se me ocurren inmediatamente; otras tengo que estrujarme el cerebro 🙂
Me alegra que te guste 😀