27 de mayo: cuarto y mitad de paciencia

Música: Patience, de Guns n’ Roses

Juego: CV, de Filip Miłuński

 

Sección sobre mi estado de saludEn lo que respecta a mi salud, las cosas no han cambiado mucho desde la última vez que escribí. Mis dolores neuropáticos y espasmos cotizan al alza y he tenido otras dos infecciones de orina. Los médicos escucharon mis súplicas y me dejaron tomar los antibióticos en casa; lo pasé peor —las pastillas no tienen la eficacia de la medicación intravenosa—, pero pude recuperarme de la primera de ellas en casa. La segunda, menos grave, la estoy sufriendo ahora: llevo varios días con décimas de fiebre, mareos y el cuerpo débil, noto cómo mis defensas luchan contra las malvadas bacterias invasoras y he decidido darles un voto de confianza. ¿Vosotros a quién otorgáis vuestro voto?

¿Quién ganará la batalla?

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Virus y bacterias confabulando

Estos mamones son los que me mandan al hospital

También me está pasando algo muy raro: ya sabéis que no tengo sensibilidad en la mayor parte del cuerpo, así que no siento la temperatura. Sin embargo, yo que no he sido nada friolero, ahora siento un frío gélido, sobre todo en las manos. Supongo que será otra jugarreta de mi médula. Pero no quiero seguir hablando de mis penurias.

Hoy quería hablaros de los aspectos positivos de mi lesión medular. Porque los hay.

En primer lugar, me he hecho bastante paciente. No me quedó más remedio que acostumbrarme a la nueva realidad. Fueron semanas en las que casi no podía mover unos débiles brazos que a duras penas lograban levantar tubitos de 100 gramos de suero, y unos dedos que sufrían mucho para sujetar dichos tubos. No podía coger y usar el móvil, la constante fiebre me levantaba dolores de cabeza en cuanto encendía el ordenador táctil que me dejó mi hermano y los mareos no me dejaban conversar con alguien más de cinco minutos seguidos. No podía mover mi cuerpo, no podía hacer prácticamente nada… Como decía, no me quedó más remedio que acostumbrarme a tener paciencia, a esperar a que me curaran y a que llegara la ayuda… También a esperar el ansiado traslado a Toledo, donde habría de embarcarme en un proceso de recuperación largo y duro en el que, de nuevo, la paciencia sería vital.

Mantén la calma y ten paciencia

Mantén la calma y ten paciencia

Yo, que siempre había sido muy impaciente, no me creía capaz de cambiar, pero lo hice. La paciencia no solo es una buena virtud en sí misma, he descubierto que me ha hecho cambiar la forma de percibir y relacionarme con el exterior y los demás. Ahora, con más paciencia, siento más empatía, creo que comprendo mejor a la gente y soy capaz de apreciar mejor todo el cariño que recibo. Desde luego, disfruto mucho más de las relaciones sociales.

Sé escuchar mejor, soporto mejor las cosas que me incomodaban de los demás hasta el punto de que dejan de incomodarme (en otras palabras: soy menos maniático, más comprensivo…).

Con los torpes dedos que tengo, las cosas se me caen, no logro agarrarlas, los nudos se deshacen… Tardo más o mucho más en hacer todo. Si no fuera por esa paciencia, hace mucho que habría desesperado.

La paciencia me ayuda a soportar esta larga cadena de infecciones, los eternos días en el hospital, los fuertes dolores…

También he aprendido a no fijarme en lo que no recibo de los demás para disfrutar de lo que sí recibo. Por ejemplo, he recuperado buenas amistades después muchos años; no he dedicado ni medio segundo a preguntarme por el silencio durante todo el tiempo intermedio, y por ello soy más feliz.

Por si fuera poco, he perdido toda la vergüenza que me quedaba. Podría posar para Playboy perfectamente, pero no me gusta asociar mi imagen a publicaciones tan vulgares.

Han Solo y Leia

Famosos sinvergüenzas: sinvergüenza majete

Jack Sparrow

Famosos sinvergüenzas: sinvergüenza sin rumbo

Deadpool

Famosos sinvergüenzas: sinvergüenza irreverente

Arturo Fernández

Famosos sinvergüenzas: sinvergüenza ligón a la par que elegante

¿A qué tipo de sinvergüenza se asemeja más el autor de este blog? (Puedes elegir varias respuestas)

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He ganado el no tener que trabajar. No ingreso lo mismo, pero debería dejarme más tiempo libre… cuando solucione mis problemas de salud y termine los trámites administrativos (sigo pensando que podré trabajar en un futuro cercano). Pero quizás el mayor cambio en este aspecto es el no sentir la presión de tener que trabajar.

Y me dejo más cosas el tintero, pero basta ya de autobombo.

En definitiva, todos estos cambios me han hecho madurar y me han hecho ser mejor persona (y eso que ya era buena persona ¿eh? :p )

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1 comentario

  1. Miguel, me encanta tu máxima: «mantén la calma y ten paciencia «, creo que eso nos lo deberíamos de aplicar todos, pues la verdad es que vivimos con mucha ansiedad, preocupados siempre por abarcarlo todo, queriendo hacer mil cosas a la vez y angustiados por lo que nos pueda pasar en el futuro.
    Cuando realmente lo único importante es el momento presente, el tiempo actual que debemos aprovechar y disfrutar con serenidad y alegría, como tú muy bien dices aprendiendo a escuchar a los amigos, no exasperándonos por cosas que carecen de importancia, encontrando el momento de mostrar nuestro cariño a las personas que nos importan de verdad.
    Muchas veces las prisas nos llevan a vivir de una forma absurda, en que dejamos a un lado las cosas que de verdad importan como son la amistad, la empatía y el conocimiento de nuestro mundo interior que puede ser fuente de una gran felicidad.
    Gracias por descubrirnos que la paciencia es el camino que nos lleva a la armonía con nosotros mismos y con los demás

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