Música: I Still Haven’t Found What I’m Looking For, de U2
Juego: Clinic, de Alban Viard
Hace tiempo que no escribo. En parte es porque no ha sucedido casi nada relevante y en parte porque me ha invadido el desánimo. Me ha invadido el desánimo porque me he pasado el último mes en el hospital. Me ha invadido el desánimo porque llevo cuatro ingresos en tres meses. Porque no he estado completamente sano ni diez días desde que llegué. No sabía si hablar de esto o no, porque no me gusta quejarme ni contar malas noticias, pero el objetivo de este blog es contar una historia, y no sería una historia real si no contase también los problemas. Os toca soportarlo. Procuraré ser breve y hablar de cosas más bonitas la próxima vez.
Os dejé en el hospital; había ingresado por unos dolores neuropáticos muy intensos y continuos que sonaban de nuevo a problemas intestinales. Parece que me equivoqué. No voy a contar el esperpento que viví en Urgencias para no dejar al colectivo médico en muy mal lugar. El caso es que tras catorce días de pruebas y espera, me dieron el alta. No han encontrado nada y «ellos no son quien para derivarme a Toledo». Por una parte, es una buena noticia que no hayan visto nada malo. Por otra, sin saber lo que me pasa no lo pueden curar. También he llamado a Toledo y me prometieron adelantar la revisión que me tocaba en mayo… Y me ha llegado una cita para diciembre. En fin, no me voy a quedar de manos cruzadas, porque solo la perspectiva de tener que aguantar con este dolor hasta diciembre me aterra; veremos qué se puede hacer.
Como decía, me dieron el alta, pero solo duré un día fuera del hospital. Al día siguiente me tuvieron que ingresar de nuevo. La última vez había venido yo mismo al hospital en autobús. Esta estaba tan mal que ni siquiera pude pasarme a la silla. Tuvo que hacerlo mi hermano, así como meterme y sacarme del coche. Estaba hecho polvo. Me diagnosticaron una sepsis, pero tenía otros síntomas adicionales. Yo estaba convencido de que era una gastroenteritis, pero los médicos lo descartaron por la ausencia de dolor de estómago. De nada me sirvió explicarles que yo no puedo sentir dolor de estómago, porque no tengo sensibilidad en esa zona. Era como si se negaran a aceptar que eso fuera posible. Al final se olvidaron de esos síntomas adicionales y yo me olvidé de sus instrucciones y estuve un par de días sin comer. Y se me pasó. En general, cada vez me parece más que el médico es un colectivo muy matemático y cuadriculado, algo que no debemos esperar cuando tanto nos insisten en que la medicina es una ciencia no exacta.
Mentiría si dijera que he dejado las drogas. Pero sí he dejado de abusar del cannabis. No me ha costado reducir la dosis hasta negar sus efectos secundarios. Y ha empezado a tener efecto: me «tapa» los dolores que no alcanzan mucha intensidad. Ahora es bastante más soportable, pero me deja toda la zona «bloqueada», agarrotada, y me complica todos los movimientos: vestirme, ducharme, moverme en la cama, transferencias, etc.
El 17 de marzo se cumplió un año de mi lesión. Creía estar recuperado ya hace cinco meses, pero aunque quizás lo estaba mental y físicamente, al volver de Toledo mi cuerpo se ha rebelado contra mí. Debo aprender a escucharlo y comprender el nuevo idioma en el que me habla.
El día del aniversario fue muy agradable, animado con las felicitaciones de la gente y muy bien acompañado. Sin duda, el mejor de mi última estancia en el hospital. Algunos de mis antiguos compañeros de Toledo me preguntaron por qué celebraba un día tan horrendo como el de mi lesión. Yo prefiero «reconvertir» ese día tan negativo en algo agradable, como lo es la celebración de todo lo que he avanzado en mi proceso de recuperación. No deja de ser cierto que el festejar mi recuperación ingresado en un hospital es el colmo de los colmos de los pacientes, como alguno me recordó…
Me quedo con que vuelvo a estar fuera del hospital. Sigo con dolores terribles, atenuados por la droga, la zona agarrotada y muy débil por los antibióticos, pero esta semana no he parado de hacer cosas y de estar con gente, y poco a poco me siento más fuerte. Creo que este lunes podré ir a fisioterapia por primera vez en más de un mes.
Por supuesto que todo lo que estás pasando es muy duro y por supuesto que no te vas a rendir!!
Los que te conocemos a través de este blog, sabemos que eres una persona fuerte y de convicciones firmes y que desde el principio de la enfermedad apostaste por plantarle cara y superarte cada día.
De acuerdo que puede haber momentos malos, pero con el cariño y los ánimos que te enviamos y tu gran fuerza de voluntad los vas a superar!!
Sigue luchando, ya sabes que eres nuestro héroe.
Estoy esperando que escribas algo en tu blog para leerlo y la verdad es que nunca decepcionas. Personalmente me ayudas con tus historias. Al estar en silla de ruedas y como tú haber entrado en urgencias pensando que me moría y no salía de allí vivo, es algo que podíamos celebrar de alguna manera, pero la verdad nunca lo pensé hasta que lo dijiste en la anterior fecha.
Me ayudas porque de algo malo sacas lo bueno y me figuro que como los que pasamos por esto y tenemos dolores cada uno según su lesion das un ejemplo de adaptación a tu nueva vida que haces que yo intente ser fuerte y seguir adelante como tú haces, para mí eres un referente a seguir.
Me acuerdo cuando llegabas a informática hecho polvo y te tumbabas en la mesa de los ordenadores para ver si se pasaba y sacabas fuerza para ir hasta los ascensores y llegar a tu habitación. Siempre has sido fuerte y se que aunque a veces te cueste saldrás adelante porque eres así, una persona fuerte mentalmente y hasta físicamente. porque luchaste fuerte en Toledo para estar como eres.
Sigue llenando nuestras vidas con la tuya, a mí por lo menos me ayuda.
Muchas gracias, Gilberto. Es un mensaje precioso. Vosotros también sois fundamentales para mí. No habría salido adelante sin vosotros. Si no hubiera tenido vuestro apoyo, no sé qué habría sido de mí 😀