7 de enero: mi nueva vida

Música: Running Free, de Iron Maiden
Juego: Dream Home, de Klemens Kalicki

 

 

Ya llevo tres semanas en Valladolid. He dejado pasar todo este tiempo no porque no hubiera cosas que contar, que las hay y muchas, sino porque quería ofreceros una visión más madura. Por eso, me vais a permitir que esta vez me enrolle más de la cuenta.

Sección sobre mi estado de saludCuando llegué tenía muchos dolores y aunque no han desaparecido, he mejorado bastante, al menos hasta hace un par de días. Lo que tampoco ha desaparecido es la asfixia que me invade en cuanto hago algo de ejercicio físico. No sé si será algo temporal o va a ser mi compañera de por vida. Ya me he comprado pesas, pero no puedo usarlas en esta cama tan blanda y pequeña. Todavía no he empezado con la fisioterapia, pero lo haré pronto, porque creo que me vendrá bien.

Sección sobre las obras de adaptación de mi casaMi hermano está adaptando mi casa, las obras pendientes son considerables y parece que se van a prolongar. De momento, estoy viviendo en casa de mi madre. No es fácil: la silla no cabe en los baños, ni debajo de las mesas (debo comer a un metro de la mesa, inclinándome y sujetándome con una mano mientras uso la otra con el cubierto), no puedo acceder a la mitad de la casa y la otra mitad es tan estrecha que me dejo las manos en forma de rozaduras, casi toda la comida (en el frigorífico o estantes) está fuera de mi alcance, tengo un tercio de armario y solo puedo acceder a él de perfil, no tengo ropa de invierno (se quedó en mi casa), debo abrir la puerta del ascensor con una mano mientras entro marcha atrás, y arreglármelas para mantener la puerta abierta mientras saco los pies de los reposapiés y los desmonto… y toda una larga serie de incomodidades. Procuro pedir el mínimo de ayuda posible, tanto por los demás como por mí, pero sin mis hermanos no habría sobrevivido.

Mi casa

Mi casa a día de hoy

Pero quizás lo más duro de todo sea que después de haberme dejado la piel durante tantos meses para recuperarme y ser autónomo, regreso y me encuentro con todo esto. Sé que ya me habían avisado de que el choque con la realidad sería duro y que todo mejorará cuando tenga mi casa adaptada.

Sección sobre mi incapacidad de obtener el carnet de conducir

A pesar de los pesares, procuro mantenerme todo lo activo que puedo. Lo que me queda de las mañanas tras las abluciones diarias lo invierto en los diversos papeleos, burocracias, médicos y las muchas cosas que tengo pendientes. Las tardes procuro dedicarlas a quedar con la gente y al ocio, y el tiempo que me sobra, al blog, y más adelante, a la autoescuela (y luego al trabajo, quizás).

Señales imposibles

¡Suspenso!

Porque, hablando de autoescuela, me he matriculado en La Antigua, la que me dijisteis. Allí son mucho más majos y es un pelín más barato. El coche que tienen dispone de adaptaciones diferentes a las de Toledo, con lo cuál no solo tendré que aprender un trazado urbano diferente, sino que tendré que hacerme a un nuevo sistema de conducción; sin embargo, yo lo prefiero así: será más difícil, pero el día que me compre un coche sabré mejor qué tipo de adaptaciones me convienen. Después de dos meses y medio sin hacer tests, he descubierto que se me han olvidado muchas cosas, así que debo ponerme pronto con ello para demostraros vuestro error a los que todavía no creéis que voy a sacarme el carnet (no puedo culparos después de veinte años dándoos motivos para dudar).

Kuschall K-Series Carbon

Mi futuro medio de transporte

Pero lo que más ilusión me hace es la nueva silla de ruedas, aunque también me da un poco de miedo. Ya la tenía elegida y pensaba encargarla en una ortopedia de Toledo, pero estando aquí, me da pereza volver para encargarla y luego para recibirla (y si luego tengo algún problema, será un rollo resolverlo allí). Llamé a todas las ortopedias de Valladolid y me he quedado con la que me ofrecía más confianza; está en la otra esquina de la ciudad, pero la otra esquina de Valladolid sigue estando más cerca que Toledo. Un amigo me acercó esta semana y tras la valoración previa, ya tengo un presupuesto, que estoy revisando; espero poder encargarla esta misma semana. Se trata de una silla especial, que hacen a medida, para gente muy activa, por eso el especialista de aquí me ha recordado amablemente que no es recomendable para pacientes como yo (se supone que los que tienen lesiones como la mía no pueden/deben moverse mucho).

Profesor Charles Xavier

Mi yo futuro, cuando pierda el pelo, desarrolle poderes mentales y me cambie el nombre a Carlos Javier

Ya sabía que Valladolid era una ciudad accesible para los discapacitados; no solo es muy llana, sino que tiene fama de ello. Pero lo que me ha sorprendido es lo increíblemente amable que es la gente con los que vamos en silla de ruedas; todavía no he tenido que pedir ayuda a nadie, pero me la han ofrecido en innumerables ocasiones. Y si digo esto esto de los desconocidos, qué voy a decir de vosotros, que ya sabéis lo poco que me gusta pedir ayuda y lo cabezota que soy.

Como contrapunto a esto, algunos sabéis que en diciembre finalizaba el plazo legal que se tenía para hacer accesibles todos los edificios, públicos o privados. En este caso, sorprende que prácticamente nadie haya hecho caso de ello.

Finalmente, lo mejor de todo ha sido poder veros a muchos de vosotros ya no solo fuera del hospital, sino en el entorno y ambiente habitual. Tenía muchas ganas.

Feliz año a todos y una vez más, muchas gracias, esta vez no solo por vuestro apoyo, también por vuestra ayuda y vuestra paciencia.

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