Música: Gonna Fly Now, de Bill Conti
Juego: Colosseum, de Wolfgang Kramer y Markus Lübke

 

Silla de ruedas eléctrica

Silla de ruedas eléctrica

¡Hola de nuevo! Ya me han dado la silla eléctrica que será mía definitivamente y es otra basura infame. Cada vez toma las curvas de una forma, así que hay que estar preparado para todo. Es tan grande que seguro que no cabe en el ascensor de mi casa, pero al menos se acabaron los auto-atropellos.Sección sobre rehabilitación y fisioterapia

Últimamente no he mejorado mucho físicamente, pero sí he aprendido muchas cosas que me ayudarán en el día a día, como ducharme (en un baño adaptado), hasta el punto de que soy casi independiente. El personal por aquí alucina con lo que estoy consiguiendo (para ser tetrapléjico) y, consecuentemente, me dan mucha manga ancha. Por ejemplo, el sábado sufrí mi primera caída de la silla (tuve buenos reflejos y solo tengo rasguños y contusiones menores), y en vez de seguir el protocolo habitual de meterme en la cama, a la hora siguiente estaba subiendo a un autobús urbano por primera vez para ir al súper.

De hecho, le pregunté al médico por la fecha de alta aproximada, y no ha querido dármela. Como necesitaba decir algo a mis clientes, yo mismo he aventurado finales de noviembre. Luego me he dado cuenta de que sumarían un total​ de seis meses, la estancia mínima para un tetrapléjico. En cualquier caso, los dos meses que restan son muy largos y aún queda mucha tela que cortar.

Cuarto de baño bien adaptado

Cuarto de baño bien adaptado

Hoy me han subido al comedor común para cenar (solo te suben si puedes comer sin ayuda, cosa que yo lograba excepto para pelar las naranjas). Adivinad qué fruta me pusieron… Además, celebré el hito (soy el único tetrapléjico del comedor) arrollando una mesa con la silla eléctrica y tirando una jarra de agua al suelo, para alborozo de todos los comensales. Menos mal que perdí la vergüenza hace mucho… A partir de ahora, se acabó el comer y cenar en la habitación.

Sección dedicada a acontecimientos extraordinariosPara rematar la faena, me han puesto en la mesa con una peruana que habla por los codos como no he visto a nadie. Es alucinante, no os lo podéis imaginar. Nos contó todo su historial médico en 20 minutos, con pelos y señales (creo, porque yo me perdí con el segundo cateterismo). Dediqué los 5 primeros a cenar, y los 15 siguientes a pelar la naranja (¡Logro conseguido!). La tía seguía vomitando palabras como una ametralladora. Me comí la naranja y me excusé para que la pobre pudiera empezar a cenar.

Música: Jakety Sax, de Boots Randolph
 Juego:  Roborally, de Richard Garfield

 

Sección dedicada a acontecimientos extraordinariosYa que me lo pedís, os cuento la historia de los auto-atropellos, que ya son tres. A la semana de llegar al hospital, me dieron una silla de ruedas manual (de estas que funcionan con tracción animal). Se me dio especialmente mal. No sé si la silla era una antigualla o yo un inútil con ella (seguramente una mezcla de las dos), pero los demás iban a toda pastilla y yo a paso de caracol. Así que cuando me dieron la silla eléctrica (con motor), se produjo una concatenación de circunstancias que me obligaron a usar la eléctrica (prisa por llegar a los sitios, lesiones musculares, etc.) hasta ahora.

Marchas de la silla eléctrica

Marchas de la silla eléctrica; mucha lucecita, pero solo son seis

La silla eléctrica tiene seis velocidades, pero para mí, solo existe una de ellas: la sexta (sí, lo sé, eso explica muchas cosas). Eso, unido a que la silla es de octava o novena mano, se encuentra en unas condiciones deplorables (a las que yo contribuí cuando, persiguiendo a unas ocas a máxima velocidad, me atacó un bordillo muy mal encarado y se cargó un guardapiés).

Conduciendo la silla en esas condiciones y a esa velocidad, los pies se van saliendo por delante del guardapiés. Y luego caen por debajo del guardapiés, que está mal regulado, la rueda delantera pasa por encima de ellos y se quedan hechos un guiñapo. Como no tengo sensibilidad, no me entero hasta que alguien me dice que voy arrastrando un pie por debajo de la silla. Es un milagro que todavía no me haya roto nada; quizás esté predestinado a hacer algo grande.

A las ocas ni las toqué siquiera. Son bichos de lo más escurridizo (igual que los bordillos). No obstante, a una la alcancé con una hogaza de pan en toda la cabeza. Estoy acumulando más pan para un segundo asalto la semana que viene.

Música: Feeling Good, de Nina Simone
Juego: Aventureros al tren, de Alan R. Moon

 

Sección sobre rehabilitación y fisioterapia¡¡Hola a todos!! Las cosas no han cambiado mucho. Esta semana pasada hice un poco menos de ejercicio para ver si me recuperaba de algunos dolores musculares, sin mucho éxito. Ya vuelvo a estar casi a tope, pero me voy a cortar un poco con las pesas porque ya tengo bastante fuerza para hacer casi todo.

Ticket to Ride

Ticket to Ride, mapa de Europa

Me han echado de la terapia ocupacional (yo estaba casi dos horas y han puesto un límite de una por paciente), así que he aprovechado para apuntarme a la única actividad que me quedaba: la pintura, que me ayudará con los dedos. Y vuelvo a tener el horario a tope (para los jugones: conseguí montar una partida del Ticket to Ride; ¡aún hay esperanza!).

En definitiva, estoy muy contento. Las enfermeras, auxiliares y celadores van volviendo de sus vacaciones y todos aseguran estar sorprendidos de lo mucho que he recuperado; según ellos, estoy mejor incluso que algunos parapléjicos. Y que gente que está acostumbrada a tratar con tetrapléjicos te diga eso, te anima mucho a seguir esforzándote. Esta semana ni siquiera he tenido muchos accidentes con la silla (eso sí, he logrado la increíble hazaña de atropellarme a mí mismo… dos veces). Otro día os cuento más.

Música: Dream on, de Aerosmith
Juego: CliniC, de Alban Viard

 

A partir de ahora comienza el diario propiamente dicho, como explico en la sección «El blog». Lo que sigue son versiones ligeramente modificadas para eliminar las referencias personales (que no aportan nada) de los mensajes que iba mandando en el grupo de WhatsApp.


¡Hola! Antes de nada, muchas gracias por vuestra ayuda y vuestro apoyo, tanto a amigos como a familiares, y sobre todo a mis dos hermanos. No estaría aquí sin vosotros. Le pedí a mi hermano que me metiera en este grupo hace tiempo, pero, seguramente con buen criterio, no lo hizo. De todas formas daba igual porque no podía coger el móvil y mucho menos manejarlo. Pero las cosas han cambiado.

Como ya sabéis, me encuentro en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Ahora es mi turno y estoy trabajando muy duro para recuperar todo lo que pueda. El personal del hospital dice que soy un paciente ejemplar y los fisios están sorprendidos del progreso que he conseguido para la lesión que tengo, así que estoy muy contento.

Vista aérea del HN Parapléjicos

Fotografía aérea del Hospital Nacional de Parapléjicos

No todo son buenas noticias. Desgraciadamente, no he recuperado el control de otras partes del cuerpo, como me habían adelantado. Solo manejo brazos (bastante bien) y manos (algo peor). Además me han declarado peligro público cuando conduzco con la silla eléctrica: ya he arrollado a más de uno y he dejado mi firma en casi todas las paredes del hospital.